Carcoma de Layla Martínez
Solo había tenido un hombre pero ya había sido suficiente. Cuando una está sola y es pobre no puede permitirse aprender la misma lección dos veces, eso también lo sabemos bien en esta casa.
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Carcoma de Layla Martínez
Solo había tenido un hombre pero ya había sido suficiente. Cuando una está sola y es pobre no puede permitirse aprender la misma lección dos veces, eso también lo sabemos bien en esta casa.
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Carcoma de Layla Martínez
En esta casa no se hereda dinero ni anillos de oro ni sábanas bordadas con las iniciales, aquí lo que nos dejan los muertos son las camas y el resentimiento. La mala sangre y un sitio para echarte a la noche, eso es lo único que puede ser heredar en esta casa.
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Carcoma de Layla Martínez
Nosotras en cambio si teníamos mucha rabia. Nos corría por la sangre como una fiebre. No sé si la Carmen me lo pego a mí o yo a ella, a veces creo que fue ella porque llevaba allí más tiempo y era mayor, a veces creo que yo porque ya venía con la mala sangre de mi casa. Fuese como fuese, las dos alimentábamos el odio de la otra.
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Carcoma de Layla Martínez
"De todas formas lo peor no era lo que decían las mujeres sino lo que hablaban los hombres. Eso no me lo contaba la Carmen porque esas cosas solo las dicen entre ellos. Eso me lo contaban Los Santos. Me decían que hablaban de lo que le harían, algunos con deseo y otros con eso que tienen muchos hombres por las mujeres, que piensan que es deseo pero solo es odio."
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Carcoma de Layla Martínez
Sólo conservó el armario, los susurros que salían de su interior la hacían sentir acompañada.
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Carcoma de Layla Martínez
Esta casa no es un refugio, es una trampa. Nadie sale de aquí nunca y los que se van siempre acaban volviendo. Esta casa es una maldición, mi padre nos maldijo con ella y nos condenó a vivir entre sus paredes. Y aquí hemos estado desde entonces y aquí seguiremos hasta que nos pudramos y mucho después de eso.
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Carcoma de Layla Martínez
En esta casa no se hereda dinero ni anillos de oro ni sábanas bordadas con las iniciales, aquí lo que nos dejan los muertos son las camas y el resentimiento. La mala sangre y un sitio para echarte a la noche, eso es lo único que puede ser heredar en esta casa
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Carcoma de Layla Martínez
A mí no puede engañarme ni con eso ni con nada, con eso porque lo vi y con lo demás porque conozco esa carcoma que tiene, esa comezón en el pecho como de caballo a punto de encabritarse pero que no acaba, y al final no se desboca.
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Carcoma de Layla Martínez
Yo prefería su odio a su indiferencia porque si te van a despreciar mejor que tengan motivos, pero lo primero da muchos más problemas que lo segundo.
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Carcoma de Layla Martínez
Cuando crucé el umbral, la casa se abalanzó sobre mí. Siempre pasa lo mismo con este montón de ladrillos y mugre, se lanza sobre cualquiera que atraviese la puerta y le retuerce las tripas hasta dejarle sin respiración.
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Carcoma de Layla Martínez
Mi madre me decía que esta casa hace que se te caigan los dientes y se te sequen las entrañas, pero mi madre se fue de aquí hace mucho y yo no me acuerdo de ella.
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Carcoma de Layla Martínez
ᴛᴏᴅᴀs ʟᴀs ғᴀᴍɪʟɪᴀs ᴛɪᴇɴᴇɴ ᴀ sᴜs ᴍᴜᴇʀᴛᴏs ᴅᴇʙᴀᴊᴏ ᴅᴇ ʟᴀs ᴄᴀᴍᴀs, ᴇs sᴏʟᴏ ǫᴜᴇ ɴᴏsᴏᴛʀᴀs ᴠᴇᴍᴏs ᴀ ʟᴏs ɴᴜᴇsᴛʀᴏs, ᴇsᴏ ᴅᴇᴄíᴀ ᴍɪ ᴍᴀᴅʀᴇ.
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Carcoma de Layla Martínez
Pero ni el dinero te libra de los hombres así, eso lo vi en aquella casa. Hasta las ricas tienen que andarse con ojo con los hombres porque a la que menos te lo esperas te cae un celoso y un violento que empieza con la cuchara rarrarrarrarra hasta que te cava la fosa.
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Carcoma de Layla Martínez
“Siempre he creído que volvió con él por eso, para no acabar como yo. Quizá pensó que por malo que fuese era mejor un hombre que ninguno, que así tenía una oportunidad de marcharse de aquí. A mí se me comía la rabia por dentro, no soportaba volver a verla con ese desgraciado que se había pasado días enteros delante de la casa vigilándola como un trastornado. A los hombres como esos hay que ponerles tierra de por medio antes de que ellos te la pongan por encima”.
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Carcoma de Layla Martínez
El comezón se le había agarrado a las tripas y no se le iba. Tuve miedo de que se le quedase dentro y se dejase morir […].
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Carcoma de Layla Martínez
Ahora a eso le dicen depresión pero aquí toda la vida ha sido morirse de pena.
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Carcoma de Layla Martínez
La vieja tiene razón cuando dice que en esta casa se nos come la rabia, pero no es porque nazcamos con algo torcido dentro. Se nos va torciendo luego, poco a poco, de apretar los dientes.
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Carcoma de Layla Martínez
En una mano una espada y en la otra una balanza y eso a mí me gustaba porque me figuraba que quería decir que no hay justicia sin muerte ni muerte sin penitencia
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¿En que trabaja Kote?