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El zoo de papel y otros relatos de Ken Liu
¿Sabes cuál es el sentimiento más triste según los chinos? Cuando por fin un hijo siente el deseo de cuidar de sus padres, y entonces se da cuenta de que hace ya mucho que no están con él.
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Planetas invisibles de Ken Liu
Cuando haya terminado de contarte estas historias, cuando hayas terminado de escuchar estas historias, ni yo seguiré siendo yo, ni tú seguirás siendo tú.
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El zoo de papel y otros relatos de Ken Liu
La verdad no es algo delicado y no sufre cuando es negada… la verdad solo muere cuando las historias verdaderas no llegan a ser contadas.
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Huesos que hablan de Ken Liu
Los dientes sobre el tablero. Quien quiera ejercer el poder debe comprender las consecuencias de ese poder, no a través de la filosofía abstracta, sino con las manos ensangrentadas y los nervios magullados, despojados de la última pizca de inocencia.
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Huesos que hablan de Ken Liu
En Dara se dice que, por lo general, hay poca diferencia entre la locura de los tiranos y la gracia de los reyes, y que tanto héroes como malvados exigen el sacrificio de otros. La diferencia, si la hay, está en la razón por la que se exigen dichos sacrificios: para satisfacer la ambición de unos pocos o para asegurar la libertad de muchos.
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Huesos que hablan de Ken Liu
Cuando todo lo que intentas fracasa, la única opción que queda es hacer lo imposible, algo nuevo.
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Huesos que hablan de Ken Liu
No mostramos nuestro carácter con las armas que escogemos, sino mediante el propósito por el que luchamos y el modo en que las manejamos.
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El trono velado de Ken Liu
Una mentira se convierte en verdad cuando suficiente gente tiene razones para pretender que es verdad.
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El trono velado de Ken Liu
Tenemos que contarnos historias para poder soportar todas las manipulaciones aleatorias a las que nos someten el destino y la fortuna.
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El trono velado de Ken Liu
—¿Por qué no aferrarse a la esperanza cuando la alternativa es vivir la muerte en medio de la desesperación?
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El trono velado de Ken Liu
Cada uno de nosotros tiene un papel en el gran juego de sombras que son la política y la guerra. ¿Quién sabe si será una tragedia o una comedia?
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La chica oculta y otros relatos de Ken Liu
Los únicos testigos del cambio constante son las sempiternas estrellas, cada astro una corriente individual en el océano del tiempo. Una imagen del firmamento es un álbum del tiempo, tan enrevesado e intrincado como la concha de un nautilo o los brazos de la Vía Láctea. |
El zoo de papel y otros relatos de Ken Liu
El silencio de las víctimas del pasado nos impone en el presente la obligación de recuperar sus voces, y si asumimos esta obligación de manera voluntaria seremos mucho más libres.
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Planetas invisibles de Ken Liu
La solución óptima pasa por reducir el tiempo que dedica a vivir un determinado segmento de la población y averiguar la manera de mantenerlo ocupado. ¿Qué hacer? Correcto, relegarlo a la noche. (253).
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Planetas invisibles de Ken Liu
La tecnología es neutral, pero su progreso hace que un mundo libre sea más libre y uno totalitario sea aún más represivo (175).
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Planetas invisibles de Ken Liu
La Lista de Palabras Convenientes obligaba a la gente a condensar mucha información en la menor cantidad de palabras posible y a eliminar cualquier floritura y recurso literario. Las oraciones resultantes eran similares a una taza de agua destilada: insípidas (152).
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Planetas invisibles de Ken Liu
Y los hombres cuidarán de todos sus ancianos como si fueran sus propios padres, amarán a todos los niños como si fueran sus propios hijos. Los ancianos se harán mayores y morirán seguros, los jóvenes tendrán oportunidades de contribuir y prosperar, y los niños crecerán bajo la tutela y orientación de todos. Las viudas, los huérfanos, los discapacitados, los enfermos…, todos serán atendidos y amados (118-119).
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Planetas invisibles de Ken Liu
La sensación de que el tiempo se te escapa te causa ansiedad. El mundo cambia cada día. Y cada día te haces más viejo. Pero hay muchas cosas que no has hecho. Quieres sostener un puñado de arena, pero cuando más fuerte lo aprietas, más rápido se derrama entre tus dedos. Hasta que no queda nada (57).
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¿En que año nació Marcel Proust?