La red de Alice de Kate Quinn
—Lili —continuó Eve con una sonrisa—. Louise de Bettignes, Alice Dubois. ¿Quién sabe qué otros nombres tendría? Siempre será Lili para mí. La mejor amiga que haya podido tener nadie.
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La red de Alice de Kate Quinn
—Lili —continuó Eve con una sonrisa—. Louise de Bettignes, Alice Dubois. ¿Quién sabe qué otros nombres tendría? Siempre será Lili para mí. La mejor amiga que haya podido tener nadie.
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La red de Alice de Kate Quinn
¿Sabes por qué ninguno de nosotros juzga a nadie? —Choqué mi hombro contra el suyo hasta que por fin me miró —. Porque ninguno de nosotros tiene derecho alguno a mirar por encima del hombro los pecados de los demás.
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La red de Alice de Kate Quinn
Éramos como actores que no se han dado cuenta de que su escena ha terminado. La vida debería parecerse más a las obras de teatro. Las entradas y los mutis deberían ser mucho más claras.
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La red de Alice de Kate Quinn
Los buenos nunca sobreviven. Mueren en zanjas y ante pelotones de fusilamiento o en diminutos catres de prisión por pecados que nunca cometieron. Siempre mueren.
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La red de Alice de Kate Quinn
Mentía y lanzaba evasivas con la misma facilidad con que respiraba. Era lo que había hecho toda su vida. Mentir, mentir, mentir. Con un rostro dulce. Eve no podía recordar la última vez que había sido completamente sincera con nadie. La mentira era más fácil que la dura y turbulenta verdad.
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La red de Alice de Kate Quinn
La poesía es como la pasión. No solo debe ser bonita. Tiene que abrumar y herir.
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Hay muchachos de 50 años y hombres de 15, todo depende de lo que hagan, no de la edad que tengan
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La red de Alice de Kate Quinn
Hay dos tipos de flores en lo que respecta a las mujeres. La que se queda a salvo en un bonito jarrón o la que sobrevive en cualquier circunstancia...,incluso en la más malvada.
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Miré la silla donde había estado sentada Eve. Los tres en busca de dolorosos recuerdos entre las ruinas de dos guerras. Ninguno parecía haber superado nada. Pensé en lo que Eve había dicho. Puede que no fuera tan necesario superarlo como sí intentarlo. De lo contrario, las semanas se convertían en meses y, después, levantabas la vista, como había hecho Eve, y veías que habías desperdiciado treinta años.
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Otra puñalada de decepción. "Pero algún día seré la mejor". juró. "Mejor incluso que su apreciada recluta de Lille, quienquiera que sea".
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Gregorio Samsa es un ...