Juan R. Escobar ha vuelto a hacerlo, a dar en el clavo; después de su obra primera, esa deslumbrante y personalísima El sueño de Bécquer, se supera a sí mismo con esta inclasificable y valiente novela que podría ser presentada como una versión mejorada de Javier Marías, y eso para nuestra más entera satisfacción. Vuelvo maravillado y arrebatado a leer esta obra inolvidable tras su publicación y el hechizo sigue ahí, enérgico y vivaz, verdadero y bello, en esta narrativa pletórica de fuerza expresiva, completa y exhaustiva mas sin caer jamás en la descripción o digresión gratuitas, dirigida con certeza a explorar un sendero de redención. Inma Alcaraz, ¡Menuda Inma!, con su gabardina, titubeos y trompazos, emprende una investigación acerca de quién es y quién fue su marido. El clásico camino de la heroína y del descubrimiento de nosotros mismos adopta aquí un memorable giro entre el horror más fuerte que la vida y el cariño cotidiano para mostrarnos, a fin de cuentas, qué es lo realmente valioso, y cómo podemos retomar las riendas y construir con nuestros barros fundacionales una vivienda, una vivencia, una vida siempre imperfecta y plena. Mis palabras no hacen justicia a esta novela magistral, y podría citar todas sus frases y no abarcar aún su grandeza; tan solo deseo recomendar tal feraz y magnífico disfrute lector, "Solo una repetición más que se abandona al rocío de la noche y al eco que la recogerá y hará que otros tímpanos la oigan y otras gargantas la emitan. + Leer más |