Jonas Jonasson

«Si quieres que la comida sea buena, no dejes que las autoridades sanitarias se acerquen a la cocina.»

El hombre de cien años ciertamente tenía sus problemas, pero si había algo en lo que era bueno, era sobrevivir.

Por entonces muchos habitantes de Soweto se dedicaban sobre todo a dos cosas: a quitarse la vida lentamente y a rendir el último homenaje a aquellos que ya se la habían quitado.

La primavera siguiente cumpliría setenta y ocho años, y entonces cayó en la cuenta de que se había hecho mayor, contra todo pronóstico y sin haber tenido tiempo de pensarlo realmente. Aunque llegaría a cumplir muchos más…

Después tuvo derecho a una ración extra por leerle en voz alta, pues el viejo no solo se quedó ciego sino también medio senil, y únicamente se alimentaba de Pablo Neruda para desayunar, almorzar y cenar.

Entre todos los que no tienen cabida en esta página de agradecimientos, quisiera nombrar especialmente a Dios. Seguro que se merece mi agradecimiento, pues lo he tomado prestado para mi relato, pero al mismo tiempo creo que debería trabajar más a fondo para que sus más ardientes seguidores no se lo tomen a Él tan en serio.

Un asesino había encontrado a Cristo y, como consecuencia de ello, había estafado a los bajos fondos para repartir el dinero entre los necesitados.

Seguro que (Dios) se merece mi agradecimiento, pues lo he tomado prestado para mi relato, pero al mismo tiempo creo que debería trabajar más a fondo para que sus más ardientes seguidores no le tomen a Él tan en serio. Así todos podremos portarnos mejor con el prójimo y tener más razones para reír y no llorar.
¿Es eso pedir demasiado? Se ruega confirmación.

A veces la gente funciona de tal modo que oye lo que quiere oír y cree lo que quiere creer.

...intuía que la literatura le mostraría el camino.

La realidad ya era suficientemente miserable. Podía prescindir de más de lo mismo

"La diferencia entre la estupidez y la genialidad es que la genialidad tiene sus límites" Albert Einstein

Su padre no creía en Dios más que ella, pero sí en la idea de atormentar a otros con la ayuda de Dios.

-Bueno, al principio mi padre creó el infierno en la tierra- comenzó.

Seguro que (Dios) se merece mi agradecimiento, pues lo he tomado prestado para mi relato, pero al mismo tiempo creo que debería trabajar más a fondo para que sus más ardientes seguidores no le tomen a Él tan en serio. Así todos podremos portarnos mejor con el prójimo y tener más razones para reír y no llorar.

¿Es eso pedir demasiado? Se ruega confirmación.

Es preferible no tener a dos organizaciones de asesinos pisándote los talones que tenerlas.

Que Brézhnev se quede con las medallas y se las meta por el culo.

Pero la felicidad nunca es eterna.