No conocía a este autor contemporáneo estadounidense. El libro me ha emocionado, que es lo que le pido a una novela. Nos hace un mapa de situación de la América profunda. De la América que vota a Trump. De los antiguos rancheros que pierden sus tierras y culpan a los gobiernos progresistas y sus planes de modernización. De la juventud echada a perder. Todo esto de la mano de dos personajes principales: Un joven, hijo de un granjero que perdió sus tierras por deudas y que desapareció sin dejar rastro, que se gana la vida ayudando a uno de los pocos terratenientes de la zona y por otro lado una profesora viuda y su hija, que intenta salvar a esa juventud perdida, ofreciendo la educación como salida y que se siente frustrada por no conseguirlo en la mayoría de los casos. Estos dos personajes tan alejados entran en contacto gracias a un niño autista, cuya madre es encarcelada, y que va a parar a manos del joven por los servicios sociales, ya que es su único familiar, y con el que establece una enternecedora relación. El libro en mi opinión es redondo, te mantiene dentro de la trama de principio a fin, es un western, un thriller, es tierno, nos habla de amor, de política, de solidaridad, de odios ancestrales, de la violencia generada por la ignorancia, de supervivencia. Seguiré la pista a este autor.
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