Ariadna de Jennifer Saint
Les mando mi luz y las baño con su resplandor inextinguibles, reuniéndolas a todos para compartir, juntas, nuestra fuerza inagotable.
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Ariadna de Jennifer Saint
Les mando mi luz y las baño con su resplandor inextinguibles, reuniéndolas a todos para compartir, juntas, nuestra fuerza inagotable.
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Ariadna de Jennifer Saint
Yo portaría la corona de serpiente y el mundo se encogería ante mi presencia.
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Ariadna de Jennifer Saint
Había sacrificado todo lo que conocía por un amor tan efímero y pasajero como los arcoiris que se dejaban ver entre la espuma del mar
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Ariadna de Jennifer Saint
Medusa se convirtió en un monstruo para pagar por el crimen de Poseidón. Ahora un hombre alardea de su cabeza, escabrosa y grotesca, para castigar a sus enemigos. Todo el mundo rehuye de ella. Pero los altares de Poseidón sigue recibiendo ofrendas.
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Ariadna de Jennifer Saint
El ritual daba una forma aterradora a la ira y la pena que habían traído a tantas de ellas a este lugar; gritaban y danzaban en su frenesí empapado de la sangre por la noche para poder vivir serenas a luz del día
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Ariadna de Jennifer Saint
Y vamos uno al lado del otro y tal vez creyó que estábamos más unidos que nunca. Pero yo sabía que entre los dos se había abierto un abismo y no creía que él pudiera superarlo. Y yo no estaba segura de querer intentarlo . |
Ariadna de Jennifer Saint
Sus héroes no conocen el amor porque solo valoran lo que pueden medir: las montañas que construyen con los huesos de sus enemigos, los tesoros que ganan y los versos inmortales que se entonan en su nombre. Solo ven la fama y son ciegos a las recompensas que únicamente la vida humana puede ofrecer y que ellos apartan como si fuera basura. Son todos dementes.
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Ariadna de Jennifer Saint
Lo que yo no sabía era que había dado en el clavo con una gran verdad sobre las mujeres: no importaba lo intachable que fuera tu vida, las pasiones y avaricia de los hombres podían llevarte a la ruina y no se podía hacer nada al respecto
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Electra de Jennifer Saint
Podía gritar mis advertencias, arañarme la piel, lanzarle mi copa a Paris a la cara, pero ellos seguirían actuando como si no existiera
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Electra de Jennifer Saint
Por que si el miserable a quien matan ha de quedar convertido en polvo y nada más, y los asesinos no pagan el debido castigo, la vergüenza y la piedad deben desaparecer de entre los hombres. (Las siete tragedias de Sófocles)
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Electra de Jennifer Saint
He aprendido de mi padre que todo muere y vuelve a nacer, que sembramos y cosechamos todos los años. He aprendido los ritmos de las estaciones y que el invierno más duro siempre va seguido de la primavera.
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Electra de Jennifer Saint
Sabía que la locura no se había estado acumulando dentro de mí hasta ese momento, sino que los ecos de su devastación habían resonado a lo largo de los años y en adelante. Tal era el poder de Apolo: podía destrozar mi existencia de principio a fin.
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Electra de Jennifer Saint
Y de pronto me golpeó sin cuidado, de forma arrogante incluso, haber traído a un bebé indefenso a un lugar tan atormentado por la pena, la violencia y la condena de los propios dioses.
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Ariadna de Jennifer Saint
Decidí que, si se daba el caso, yo sería Medusa. Si los dioses me culpaban algún día por los pecados de otro, si me castigaban por las acciones de un hombre, no me escondería como Pasífae. Yo portaría la corona de serpientes y el mundo se encogería ante mi presencia.
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Ariadna de Jennifer Saint
Pasífae. Sémele. Medusa. Y ahora cientos de madres dolientes. El precio que pagábamos por el resentimiento, la lujuria y la avaricia de los hombres arrogantes era nuestro dolor, puro y reluciente como la hoja de un cuchillo recién afilado.
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Ariadna de Jennifer Saint
Ariadna, ¡Minos apenas te mencionó! Perdió a su creación legendaria y perdió a su prodigioso inventor. ¿Qué le podía importar la pérdida de una hija? Tú no le conferías prestigio, no podías infundir miedo en su nombre.
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Ariadna de Jennifer Saint
Teseo no me había dejado porque yo tuviera fallos o porque no fuera importante. Me había dejado porque a él nada le importaba más allá de la búsqueda de su propia fama. No iba a permitir que un hombre que no apreciaba el valor de nada me hiciera dudar de mi valor.
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Ariadna de Jennifer Saint
¿Qué se sentiría? Al ganarse el respeto de gente que llevaba años sin verte y que no sabía nada de ti, excepto que eras el hijo, y no la hija, del rey.
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Ariadna de Jennifer Saint
Había dado en el clavo con una gran verdad sobre las mujeres: no importaba lo intachable que fuera tu vida, las pasiones y avaricia de los hombres podían llevarte a la ruina y no se podía hacer nada al respecto.
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Ariadna de Jennifer Saint
Los dioses disfrutaban de las destrezas humanas en la caza, la música o el bordado, pero se mostraban siempre alertas a la soberbia, y pobre del humano cuyas habilidades se aproximaran a las divinas. Algo que no toleraban los seres inmortales era ser inferiores a alguien en ningún aspecto.
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Gregorio Samsa es un ...