La Reina de espadas de Javier Mas
Asida por la empuñadura, la levantó hacia el techo sin dejar de mirarla. Era la espada de Fernando III. Era la mítica Lobera, el arma que había ganado todas las batallas de quienes la habían empuñado
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La Reina de espadas de Javier Mas
Asida por la empuñadura, la levantó hacia el techo sin dejar de mirarla. Era la espada de Fernando III. Era la mítica Lobera, el arma que había ganado todas las batallas de quienes la habían empuñado
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La Reina de espadas de Javier Mas
Disfrute de la reliquia más importante de esta ciudad y, quizás, de la Corona. Mire cómo brilla, cómo ilumina su mirada la afilada hoja. Sienta su poder, Cómo le llama, cómo le atrae, cómo le invade. Pero asegúrese de no caer en sus redes. Esta arma sólo quita vidas, incuida la de su portador. Yo lo he sentido. Todo aquel que la empuña se ve arrastrado por su autoridad hasta que esta acaba también con su vida. Le ha ocurrido a cada uno de sus propietarios
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María de Castilla: La reina que luchó por el sueño templario de Javier Mas
Esa mañana volvía a pisar la sala como reina de Aragón. Atrás quedaban los años de infanta interrumpidos por una tempranera boda de Estado. Aquella niña que correteaba por el Alcázar se había tornado en María de Castilla, esposa de Alfonso V, rey de la Corona de Aragón.
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¿A quien baila Raquel en la fiesta en la casa de los hidalgo?