La heredera de
Jana Westwood
Tyler Hudson entrecerró los ojos para mirarla con atención. ¿Dónde estaba la persona de la que siempre le hablaba John? Allí delante tenía a una jovencita inmadura y resabida que pretendía que le dieran lo que deseaba sin hacer nada para ganárselo. No estaba acostumbrado a tratar con jóvenes como ella y tampoco tenía ningún deseo de aprender. Aquella situación le resultaba asfixiante y lo último que esperaba era tener que andar con pies de plomo.
Por otro lado era una mujer muy atractiva y sus ojos azules, grandes y brillantes, parecían mirar con franqueza. Tenía unos divertidos hoyuelos junto a su sonrisa y la piel más aterciopelada que él hubiese visto jamás. Demasiado blanca, habría que protegerla del sol.