Sentimientos, miedo, y vida es lo que Anna nos transmite en La botánica de los sentimientos. En un mundo que no para de moverse y de exigirnos cada vez más ¿no es normal el no saber cómo sentirse? ¿El querer algo y no quererlo al mismo tiempo? ¿El sentirse mal por hacer o no hacer algo? Tras su divorcio, ella se traslada a un nuevo apartamento, comienza una nueva vida. En éste, hay espacio para un pequeño jardín, el cual con ayuda de María se convierte en la envidia de todos. Y al mismo tiempo que las plantas crecen, también lo hacen los personajes. A través de metáforas en las que se comparan el trascurso de las plantas con el de la vida de las personas, vemos como todo tiene un derecho y reverso. Dos lados de una misma historia. Anna nos muestra que la vida está llena de sorpresas, que está bien sentirse mal, que a veces ser egoísta es un sentimiento de lo más común. Lecciones que de vez en cuando todos necesitamos. En la narración, al mismo tiempo se intercala la historia de su vida, con retazos del pasado y de otros personajes secundarios; e incluso con retazos del futuro, los cuales conocemos a través de la Pitonisa que Anna visita y quien le está haciendo revivir todos estos acontecimientos de su vida. En ciertos puntos te llegas a perder en el momento temporal en el que estás, pues surge un diálogo que nada tiene que ver con la historia en la que nos encontrábamos, como las aportaciones que de repente hace la Pitonisa. Esto hace que no llegues a conectar con los personajes, pues no es un personaje que en cada momento te cuente y especifique qué ocurre, dónde ocurre, o cómo se siente en un momento determinado; sino que da pinceladas sobre el contexto general, centrándose en lo que han desembocado esos sentimientos. El tono general del libro es triste y un tanto sombrío. Da la sensación de que al mismo tiempo que los personajes aceptan la situación que les toca vivir, se sienten tristes por tener que aceptarla. No me parece que los personajes afronten todo lo que viven, lo cual no es una buena gestión de los sentimientos, como he dicho, todos ellos negativos. En resumen, no es una lectura amena, sino más bien intensa, en la que nos adentramos en la espiral de sentimientos en la que Anna se encuentra, de la cual no sabe salir. + Leer más |