El tema de este libro es bueno : se trata de un robo de identidad con fondo de guerra y de nazismo, pero resulta tan denso y aburrido a la lectura, que no lo pude terminar.
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El tema de este libro es bueno : se trata de un robo de identidad con fondo de guerra y de nazismo, pero resulta tan denso y aburrido a la lectura, que no lo pude terminar.
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El mito del doble, de la suplantación de personalidad, con fines de engaño es retomado por Padilla, es refrescado, aporta una manera creativa de “ desdoblar “ esa personalidad binaria. La construye como multitudinaria y la explica desde 4 ópticas diferentes, en forma de relatos escritos por testigos/ participantes en esa suplantación. Retoma algunos temas para plantear su ejercicio literario. El tema de Anfitrión, suplantado por Jupiter para yacer con su esposa, procreando al héroe Hercules. La comedia de Plauto que alude a dicha leyenda. El tema del doble tratado con cierta constancia en la literatura, Desde Dostoievsky, Meyrinck, Allan Poe, Robert Louis Stevenson, Oscar Wilde Hasta los más recientes, como Borges, Saramago Hace uso del proyecto de dicho nombre , que en la Alemania Nazi pretendía proteger altos mandos a base de suplantarlos con dobles. Y que sirvió como fuente de conspiración contra el mismo Fürer, proyecto que inicia y culmina con Adolfo Eichmann, quien es apresado en Argentina y ejecutado en Israel, y de quien se dice o era el a quien se atrapó. Todo ello aporta a la historia, pero no queda ahí, Padilla enriquece,con su capacidad al incluir el ajedrez, el embozo de la noche, como elementos fundamentales en su narración. E insisto, el aportar las cuatro historias y enlazarlas entre la sombra, el nombre y el hombre. Aporta un giro a la visión del doble que desgrana a través de la laberíntica forma de narrar esta Novela, representativa del postmodernismo, al cual pertenecen escritores actuales cuya pretensión es precisamente esa...narrar desde nuevos puntos de vista. Escritores que pertenecen a las corrientes del “Crack “ mexicano, “ Mcondo” Chileno y “ los 39 de Bogotá “ Colombiano” . Recurso editorial, recurso literario ... igual arte imitando a la vida, vida imitando al arte. Renovarse o morir. + Leer más |
Hace casi un mes, Inma, una exalumna de la UNED y ahora compañera de profesión y amiga, me hizo llegar el último ensayo que Ignacio Padilla escribió sobre Cervantes. En España, hablar de Cervantes es hablar de Francisco Rico, o de Avalle Arce, o viceversa. Son nombres que van asociados. En realidad hay miles de estudiosos sobre el Manco de Lepanto, pero no debemos olvidar a Padilla. La voz del mexicano, uno de los fundadores del Crack, fallecido en un terrible accidente de tráfico meses después de publicar Cervantes & compañía, se levanta para analizar con polémica, según su estilo, la figura ética y estética del autor del Quijote. Y nos recuerda que, ante todo, fue un ser humano y no la figura deificada que se nos ha presentado. Don Quijote no es una metáfora de nada; en el Romanticismo quedó consagrado como símbolo del ideal y Sancho, de la realidad. Pero no son tan simples, ni el escudero ni el caballero. Don Quijote posee un carácter humano, complejo, como su autor y así, como en un espejo, aparecen la vida y el pensamiento de uno reflejados en los del otro. En don Quijote vemos la lucha del propio Cervantes ante la propia vida en la época que le tocó existir, ante el amor, ante el gobierno, ante sus ideales. Padilla, aprovechando el cuarto centenario de los dos grande la literatura, establece en este libro de ensayos una comparación entre Cervantes y Shakespeare y observa alguna diferencia fundamental. Cervantes es más humano, por imperfecto, que el Bardo de Avon; es cierto que cultivaron géneros distintos (el teatro de Cervantes no está entre sus mayores logros), pero el inglés supo desligarse de su obra tanto que casi se hizo invisible, tanto que es discutida su autoría e incluso su existencia, por eso la figura de Shakespeare se ha mitificado. A él no le importó buscar ayuda, en la realización de sus obras, del resto de la compañía. Es normal que los actores opinen sobre el texto, y los tramoyistas, y los músicos… El teatro es algo vivo, cambiante en cada representación, y el Bardo, además, fue consciente de que no era buen forjador de historias. Pero está claro que, con todo, Shakespeare aportó a su lengua más términos de los que introdujo Cervantes en el castellano. Igualmente, el trato que experimentan los personajes femeninos es diferente en cada autor; las mujeres de Cervantes no son de admirar, sí las de Shakespeare. Asimismo, mientras este reflexiona como nadie, de manera universal, sobre el amor, la maldad, el sexo y el poder, el alcalaíno lo hace sobre el proceso de la escritura. Ambos son tan grandes, han llegado tan lejos, que apenas se leen. Cervantes incluso menos. Padilla, en la última parte de Cervantes & compañía, Cervantes Incorporated, recuerda con humor e ironía desmedida el márketing que ha tenido la figura de don Quijote. Todos hablan de él sin haberlo leído. Desde el momento en que fue endiosado quedó reducido a una imagen plana que entra en cualquier sitio, en una canción, una película, un prólogo… cada uno puede elegir, entonces, lo que más le apetezca saber del caballero sin necesidad de leer la novela. Nuestro escritor mexicano arremete con sarcasmo acertado contra las barbaridades puestas a la venta sobre don Quijote, como un supuesto «CD-Room de Paulo Coelho», «Cervantes Reloaded», en el que cuenta la historia del caballero tal y como nos habría gustado que ocurriese, complementado por versiones musicales inauditas, calendarios de la época cervantina, muñecos para niños o niñas (según sean hombres o mujeres los protagonistas) que crean ilusiones imposibles, falsos juegos de magia, disfraces y hasta una subasta con objetos “reales” de la propia obra. Antes de llegar a este final hiperbólico, que aunque parezca mentira es fiel reflejo del tratamiento otorgado a la novela, Padilla ha comparado a los dos genios responsables de que el Día del libro sea universal. Mientras que uno era ante todo un narrador que no tuvo conciencia de su talento narrativo, el otro supo en todo momento qué era la representación teatral, no pretende revolucionar el teatro, por eso profundiza en lo que quiere llevar a las tablas. Cervantes transforma la narrativa, se da cuenta y especula con su éxito, por eso introduce metatextos y explica errores. En cuanto a la construcción de personajes, Ignacio Padilla es de la opinión, totalmente acertada, de que Shakespeare es el maestro de los villanos; nadie como él para proporcionarles ocultas intenciones, inteligencia y astucia para llevar a cabo las maldades más extremas. Son personajes complejos de interior atormentado, movidos por razones que, incluso, podemos entender. Cervantes tiene malos bastante planos, no son ingeniosos sino maliciosos, están sometidos al mundo que habitan, sin posibilidad de grandeza por lo que resultan antipáticos al lector. Asimismo los “locos” de Shakespeare se van formando tras un proceso gradual en el que les falla la voluntad. Los de Cervantes reclaman su libertad de ser locos. Situación, ésta, totalmente contraria a la ocurrida con las mujeres; mientras que las del español están supeditadas a la época, los hombres y las circunstancias, las del inglés se mueven libres hasta alcanzar protagonismo. Los diferentes caracteres de los personajes shakesperianos, modelados a lo largo de cada obra, han conseguido dotar a sus dramas con diferentes significados. Esto, unido a la incógnita que supuso el autor, ha atraído al público a lo largo de los siglos. Es cierto que, en general, es más fácil ver una representación que leer, finalidad para la que fue escrita la novela; por eso la gran mayoría habla, incluso opina sin saber, porque leer cuesta trabajo. Los aciertos de Shakespeare son indiscutibles pero Cervantes, con sus impurezas, sus expresiones grandilocuentes y el humor instalado en un mundo que nada tenía de gracioso, consiguió recordar a sus contemporáneos, y a todos, que la lengua está viva, nace en un momento determinado y muere en otro. La primera parte del Quijote es distópica, imperfecta. El autor titubea, asume que está inconclusa, muestra el patetismo y la perfección del hombre. Cervantes intenta hacer un relato corto pero le ve posibilidades, le introduce cuentos, más relatos y hasta un conato de obra teatral. Esto desemboca en algo excelente, inusual, aunque para Padilla, el verdadero nacimiento de la novela moderna tiene lugar en 1615 con la segunda parte, cuando el autor quiere escribir, y lo consigue, una novela distópica que solo cree en la realidad imperfecta y en sí misma. Es difícil entender al Quijote porque es completamente humano. Como su autor, es tierno y despótico (se sabe de Cervantes su afición al juego, a la bebida y a las peleas), cobarde y valiente (hubo de vivir de su hermana y su sobrina que ejercían de prostitutas), necesitado y estafador (se confesó culpable de malversar fondos públicos). Sin embargo tanto el Quijote como Cervantes han quedado retratados por la literatura como héroes porque han sido juzgados como mitos o dioses. Y El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha (¡cuánta razón tiene Ignacio Padilla!) es un monumento al fracaso, a la duda, a la decadencia, a la contradicción de la vida misma. Si nos damos cuenta es una novela moderna, ahí reside la grandeza del autor y del personaje. Padilla recuerda seguir el consejo de Borges cuando afirmó que no hemos de admirar menos a Cervantes, sino leerlo más para entender mejor su obra y poder admirarlo más. Personalmente admiro al autor de Cervantes & compañía desde que lo conocí a través del Crack; sus integrantes también cometieron fallos y aciertos, introdujeron novedades y adaptaron a los clásicos —entre ellos a Cervantes—. Leí Si volviesen sus majestades y descubrí un espacio y un tiempo distópicos, personajes ambiguos que retratan el absurdo de la condición humana. Leí a Ignacio Padilla y me declaré seguidora total. Por eso agradezco a Inma que me haya obsequiado con la última obra de este grande de la literatura, del que espero que sea él la compañía de Cervantes por toda la eternidad. Enlace: https://elblogaurisecular.bl.. + Leer más |
La editorial madrileña Páginas de Espuma publica 'Micropedia', los cuentos completos del escritor mexicano fallecido hace dos años. Enlace: https://elpais.com/cultura/2.. |
'Micropedia', la integral de la obra cuentística del desaparecido narrador, se publica en un pack de cuatro libros.
Enlace: https://www.elperiodico.com/.. |
La primera vez que leí Si volviesen sus majestades me reí, mucho en determinados momentos, y sobre todo me admiré de la capacidad de Ignacio Padilla para mezclar un lenguaje expresado a la manera del siglo XVII, incluso algunas palabras lo recuerdan: «escuro», «conoscencia», «vuestra merced», un contenido casi futurista, y términos que hacen referencia a nuestra época; así, es fácil que convivan en un reino virtual «el rapaz», el «boticario» y los «trenes eléctricos». La novela de Padilla tiene una estructura casi redonda; comienza en el presente del protagonista narrador quien, mediante analepsis y digresiones recuerda su infancia; a través de un pasaje epistolar conoce su genealogía, predice el futuro utilizando una prolepsis, retoma el presente, que ratifica a la perfección la maldición de la que es objeto durante toda su vida y la convierte en futuro inmediato. Porque el protagonista está maldito. ¿Cómo me he reído entonces? Aquí reside la maestría del autor, pues consigue, como sólo los grandes de la literatura lo han hecho, jugar con el lenguaje de tal forma que mediante ironías, absurdos e imágenes surrealistas se exponga la realidad más cruel y nos toque en lo más profundo. Pues, una vez leída, tuve la impresión de que me había perdido algo, por lo que la releí buscando palabras que no entendía, abundan arcaísmos y mexicanismos, comparando declaraciones con las de otros autores, hasta llegar a la conclusión de que es una obra maestra. Cualquier tema relacionado con la libertad, la culpa, la soledad, la destrucción, bien en el mundo real, bien en el proceso de la escritura o en diferentes teorías filosóficas y literarias, está tratado. He conseguido realizar un estudio amplio que, obviamente, no voy a incluir aquí. Y no sé cuál será su lugar. Probablemente lo conserve como homenaje personal a este Crack de la literatura que, en diciembre de 2016 no pudo reunirse en México con los otros cuatro creadores del Manifiesto, para leer el Postmanifiesto, porque murió en agosto a consecuencia de un accidente. Todas las características que los creadores del Crack mexicano pensaron que debía tener la literatura están reflejadas en Si volviesen sus majestades. La estructura es caótica, comienza por el séptimo borrador que un senescal, que lleva 300 años en un Reino desierto esperando a que vuelvan sus majestades, realiza para dejar constancia de lo que ocurrió. Humorísticamente, los seis días anteriores había realizado otros seis borradores, finalmente, con el séptimo pretende descansar pues considera terminada su obra. Pero el reino también está habitado por el bufón y éste le recomienda que escriba cosas intrascendentes, ya que a nadie le interesa la verdad. Por ello el senescal, que considera su vida como algo insignificante, decide trasladarla al papel. Terminado el Libro Primero, se lo da a leer al bufón quien lo rechaza por no estar escrito «comme il faut» sino de forma aleatoria, sin sentido y lleno de contenidos que parecen imaginarios; se ha de escribir lo ilusorio de tal manera que parezca real, es decir, una mentira verosímil. El senescal comienza el Segundo Libro y, enfadado con el bufón, decide que cuando lo acabe se lo dará cerrado para que lo lleve a Kalifornia, sin que pueda leerlo, y lo conviertan en una película. Pero el bufón quiere enterarse de lo que pone, pelean por quedarse con lo escrito y lo rompen. Cuando el bufón lee los retazos sueltos que caen en sus manos, se burla nuevamente porque, asegura, nada de las afirmaciones hechas sobre su vida son ciertas. El senescal pretende encontrar la verdad en la Biblioteca, pero sólo queda un Diccionario de esperanto para idiotas, lengua en la que estaba escrita la carta que le dejó su madre traducida por Pagrafino el Loco, en donde le explicaba su estirpe y la maldición que acecha desde que el bisabuelo perdió el esquerlón de panolina. Decide entonces traducir él mismo la carta, se da cuenta de que ha vivido engañado y opta por finalizar El año de las Tormentas para dar comienzo al año del Olvido, por lo que se va a ver la televisión, hasta que se queda dormido y, en sueños, se le aparece el doctor da Volpi quien le asegura que sin él, el mundo habría sido mejor, un lugar donde hubiese reinado la felicidad. El bufón lo despierta y le resta importancia al sueño aconsejándole que lo olvide porque, le advierte, un sueño no forma parte de la realidad. El senescal da entonces comienzo al año de los Sueños. Al soñar las penas, podrían olvidarse. El bufón, para celebrarlo, le prepara una fiesta virtual en la que aparecen todos los habitantes del reino. El senescal está feliz, hasta que entra un gigante que, al tocarlo, grita de terror antes de desmayarse. El senescal cree que es el Enemigo, quien robó el esquerlón de panolina causando su desgracia; enfurecido, obliga al bufón a torturarlo hasta que confiese dónde lo puso. El bufón lo mata y él mata al bufón porque le confiesa que todo lo ha hecho por él, siempre lo ha amado; ni la reina, ni nadie tuvieron el menor rastro de cariño hacia él. Enfadado, lo golpea y el bufón, antes de morir le revela que el gigante era el Autor quien le dijo, mientras expiraba a causa de la tortura, que el nombre del senescal sería para toda la eternidad, Caos. Pues este es el resumen de la novela, ya ordenado y sin mencionar las matanzas del reino imaginado, reflejo de la realidad, las distracciones de la nobleza, donde nos enteramos de cuestiones sobre la creación del mundo por ordenador, la desgracia de su vida sin un ápice de ternura o cariño, la tristeza de su juventud en soledad… Parece increíble que 183 páginas abarquen todo esto pero lo hacen. Los temas son muchos, los recursos, innumerables y la intertextualidad con los monstruos de la literatura o del cine salpican todas las páginas. Podemos destacar el surrealismo de numerosas imágenes que se insertan en la mente desequilibrada del senescal «aquí flota una silla, allá el reloj camina de costado, acullá una naranja se deshace como una estrella que estalla», la forma acompaña al contenido pues la aliteración de la palatal sonora /ll/ intensifica la explosión de lo que la rodea, preparándonos para la propia destrucción. El absurdo que emana de estas percepciones se impregna, en ocasiones, de la ciencia ficción, donde encontramos un punto de ironía al reflejar algunos de los objetivos científicos, «para hacerse un hijo como él quería: fuerte como un robillón, grande como un titán, sabio como su padre, aguerrido como su abuelo, pertinaz como ambos […] Todas estas virtudes […] de gentes, fueran vivas o muertas, fuera de grado o por fuerza, y al cabo las mezcló y las cultivó en una botella». El absurdo se transforma en teorías filosóficas, como la de las ideas de Platón; por eso, independientemente de la materia existe la verdad, que es la idea perfecta de las cosas. Esa verdad, para el senescal era «Kalifornia, donde sólo sufren los Extras, los Amigos duran siempre, no envejecen las Doncellas ni se despeinan los Héroes». Asimismo el eterno retorno, de Nietzsche, es lo que envuelve toda la novela, puesto que el protagonista sufre las mismas pesadillas, y el mismo desprecio que sufrieron sus antepasados; incluso él mismo conocerá «la pena de morir no una, pero infinito número de muertes». La destrucción del mundo, la autodestrucción del ser humano son conceptos implicados en la existencia, no existe el libre albedrío, estamos predeterminados a la nada, porque vivimos en un mundo caótico, injusto, en el que abundan las guerras, los abusos de aquellos que lo tienen todo y no saben qué hacer para motivarse, pues este mundo, como el creado por el senescal en su libro, no es perfecto, así que una y otra vez se destruye para volver a ser creado, «el universo mundo había sido escrito en un ordenador desde el principio mismo de los tiempos. […] una infinita cantidad de archivos, memorias, leyes y programas, a cual más discreto, aunque no del todo perfectos, como luego se verá». En este universo absurdo y profundo de Si volviesen sus majestades, aparece la realidad social, mediante la extinción metafórica del Reino, de la matanza del 68 en México, y la realidad literaria, al recordarnos la estructura del Quijote, la cadencia poética y la metafísica de Quevedo, el homenaje a la literatura y las falsas apariencias de En busca del tiempo perdido, la imaginación desatada en la escritura de Santa Teresa, y Lewis Carroll, o los coetáneos de Padilla, Igoriano de Nihlsburgo y su gran amigo Jorge Volpi. Así pues, si la novela no tiene una estructura totalmente redonda pues termina un poco después de cuando empieza, está perfectamente cerrada para mortificar sin piedad a su protagonista, y al ser humano a través del lector, con un tiempo circular. Todo vuelve porque pretendemos eliminar la culpa olvidando los errores. Enlace: https://elblogaurisecular.bl.. + Leer más |
Este relato trata sobre un viajero frecuente, quien se ha dedicado durante más de cuarenta años a viajar y a fotografiarse en los monumentos históricos de cada nuevo lugar que conoce. Incluso, ahora mismo recibe un sueldo por reclutar viajeros para la Organización Internacional de Viajeros Frecuentes. ¿Acaso podría existir una mejor forma de ganarse la vida que la de dedicarse, exclusivamente, a viajar? Última escala en ninguna parte media, por momentos, entre Alicia en el país de las maravillas y cierta atmósfera kafkiana. La Organización, que suena como un sueño y una fantasía, también puede ser pensada como cualquier otra empresa o institución; y el puesto de viajero frecuente no dista mucho de un empleo regular. El nuevo trabajador, como lo hemos sido todos nosotros, sueña con ser reconocido por su trabajo, busca ser admirado y destacar entre todos los suyos: ser el mejor, el mejor de los mejores, estar por encima de la excelencia (si algo así fuera posible). Y el trabajo añorado, en este caso viajar, se le convierte en un suplicio cuando el viajero debe correr para alcanzar su siguiente vuelo, y cuando ya no tiene tiempo –ni siquiera– para conocer, o para visitar un museo o un restaurante, o para alquilar una habitación donde pasar la noche. Ahora debe asearse y dormir entre vuelos y entre escalas en lo que parece que será su único viaje interminable. Así, viajar deja de ser un medio, para convertirse en el único fin; y como si viviera en un bucle, el protagonista confiesa: “Ahora sólo me interesaba viajar para seguir viajando” (23). Quizás esta sea la razón por la cual nuestro protagonista no logra comprender al hombre con mayor reconocimiento en su disciplina, quien le ha dado ochenta vueltas al mundo y quien ahora solo quiere regresar a su casa para, ¡por fin!, dejar de viajar. Nuestro protagonista tampoco entiende el cansancio y el dolor físico y el vacío espiritual que se le han instalado y que ahora comienzan a afectarlo. A lo mejor, como muchos otros viajeros, ha llegado al punto sin retorno: cuando ya no eres capaz de dejar de hacer lo que te hace daño, cuando ya no puedes, –ni siquiera–, defenderte de ti mismo. Última escala en ninguna parte sorprende por la sencillez de su prosa, por la hondura de su protagonista y por lo irreal de su historia, en la que los personajes la viven de la manera más natural. Creo que este relato habla del horror instalado en lo evidente y que, aún así, permanece invisible u oculto para quienes lo sufren. Quizás ahora mismo algún otro trabajador quisiera ¡parar! y bajarse del ritmo de los diarios eventos humanos. A lo mejor no tiene suficiente tiempo para terminar de tomar esa decisión… Así que, de seguro que tampoco tendrá dos horas para leer al siempre recordado Ignacio Padilla. Enlace: https://guardopalabras.blogs.. + Leer más |
Gregorio Samsa es un ...