El libro de las lágrimas de Heather Christle
Se dice que quizá lloramos cuando fracasa el lenguaje, cuando las palabras ya no pueden transmitir adecuadamente nuestro dolor.
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El libro de las lágrimas de Heather Christle
Se dice que quizá lloramos cuando fracasa el lenguaje, cuando las palabras ya no pueden transmitir adecuadamente nuestro dolor.
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El libro de las lágrimas de Heather Christle
"Romper" a llorar parece el verbo adecuado, como si las lágrimas fueran acumulándose en una membrana hasta que esta acaba por ceder, hasta que la frontera entre el cuerpo y sus lágrimas se disuelve (...). O quizá es que el propio yo se vuelve lágrimas y se rompe en gotas pequeñas y cálidas.
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El libro de las lágrimas de Heather Christle
Esta semana he llorado todos los días, a veces durante horas. Me oigo describir la intensidad de las lágrimas, me oigo sollozar en el suelo de la cocina sin motivo, como una loca. ¿Por qué cómo? En estos momentos lo soy. Soy una loca. Una ecuación que puede simplificarse hasta este punto - x = x - se llama identidad.
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El libro de las lágrimas de Heather Christle
Escribir un poema no es muy distinto de cavar un hoyo. Es trabajo. Se intenta aprender lo que se puede de otros hoyos y de las personas que los cavaron antes que nosotros. La dificultad viene de aquellos que no cavan ni se pasan el tiempo dentro de hoyos, y que creen que estos hoyos no deberían ser tan húmedos, ni oscuros, ni llenos de gusanos. ¿Por qué no está tu hoyo lleno de luz? Es que no es un hoyo, señor.
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El libro de las lágrimas de Heather Christle
Creo que quieren que un poema sea una red, un nido. Quieren un Jesús de túnica púrpura que los consuele.
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El libro de las lágrimas de Heather Christle
Cuando estoy en mi momento más bajo, cuando estoy desesperada, es como si todas las muertes violentas recientes se produjeran justo delante de mí, como si el sufrimiento no tuviese fin y su enormidad solo pudiera compararse a la enormidad de mi culpabilidad y mi impotencia. Cuando no estoy desesperada puedo actuar. La culpabilidad se transforma en responsabilidad, la impotencia en decisión.
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El libro de las lágrimas de Heather Christle
No sé cómo nombrar el motivo de mi llanto. Es decir, puedo nombrar las circunstancias que lo facilitan -la falta de sueño es la principal-, pero en el momento preciso nada puede explicar adecuadamente por qué toda mi consciencia está compuesta de dolor. La desesperación no es razonable. No tiene sentido de la proporción.
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El libro de las lágrimas de Heather Christle
Un estudio sobre la inversión hedónica o masoquismo benigno investiga los motivos de que la gente encuentre placenteras experiencias en principio negativas que el cuerpo (cerebro) interpreta falsamente como amenazadoras, como la comida picante, las bromas desagradables o la música triste. Los investigadores proponen que comprender que se ha engañado al cuerpo y que el peligro no es real produce un placer derivado de la constatación de la superioridad de la mente sobre el cuerpo, lo que también podría calificarse de dominio.
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El libro de las lágrimas de Heather Christle
Me pregunto si los hombres matan para crear así el motivo de la inmensa tristeza que ya sienten.
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El libro de las lágrimas de Heather Christle
Romper a llorar parece el verbo adecuado, como si las lágrimas fueran acumulándose en una membrana hasta que esta acaba por ceder, hasta que la frontera entre el cuerpo y sus lágrimas se disuelve, hasta que el yo ciudadano entra en la nación del llanto. O quizá es que el propio yo se vuelve lágrimas y se rompe en gotas pequeñas y cálidas.
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El libro de las lágrimas de Heather Christle
Yo no quiero llorar. Yo quiero ser poeta. Quiero mirar las palabras con la cara seca y deshinchada.
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El libro de las lágrimas de Heather Christle
Cuando queremos que alguien deje de llorar y cuando somos una severa institutriz con un alumno reacio, les ordenamos: Recomponte.
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El libro de las lágrimas de Heather Christle
Llorar ya es desnudarse, y ver las dos cosas al mismo tiempo despierta el pánico de la compasión. Este es el motivo de que la gente ofrezca pañuelos; es un acto de consideración, una restauración de la dignidad, una pequeña instrucción de que nos vistamos.
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El libro de las lágrimas de Heather Christle
Digo desesperada porque es una palabra que puede vivir cómodamente en una casa sin cambiar el propósito del edificio. Solo cambia su ánimo. Depresión, ideación suicida y ansiedad proyectan una luz de escenario, o de laboratorio. Incluso aquí, en esta habitación. Pasan de párrafo a clínica.
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El libro de las lágrimas de Heather Christle
Llorar no hace que nos sintamos mejor. Solo lo creemos o -quizá más importante- creemos que nos ha hecho sentir mejor en algún momento del pasado. Desahógate, nos dice una figura imaginaria, y obedecemos llorando. Pero en general, cuando un sujeto de estudio habla de su estado inmediatamente posterior a un episodio de llanto, dice sentirse peor que antes. Aunque puede que se deba a que los sujetos lloran en un laboratorio, las lágrimas están concebidas para solicitar ayuda y los investigadores proporcionan escaso consuelo a aquellos cuyas lágrimas han provocado.
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El libro de las lágrimas de Heather Christle
Cuando otras personas me hablan de sus lágrimas -y, por consiguiente, a menudo también de su sufrimiento- temo equivocarme como estos sacerdotes, no saber escuchar lo que esas personas quieren transmitir y hacerlas llorar de nuevo.
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El libro de las lágrimas de Heather Christle
Una cocina es la mejor habitación -es decir, la más triste- para llorar. Un dormitorio es demasiado fácil, un cuarto de baño demasiado privado, una sala demasiado formal. Si alguien se desmorona en la cocina, en el espacio de trabajo y alimentación, es que tiene que estar realmente destrozado.
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El libro de las lágrimas de Heather Christle
Se dice que quizá lloramos cuando fracasa el lenguaje, cuando las palabras ya no pueden transmitir adecuadamente nuestro dolor. Cuando mi llanto no está suficientemente exento de palabras, me golpeo la cabeza con los puños.
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El libro de las lágrimas de Heather Christle
Casi todo lo que sé viene de los libros. [...] A lo mejor es cierto. A veces me parece que tengo más páginas que alientos. Sé cómo recibir, moldear y almacenar estas palabras negras que he tomado como instrucciones.
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El libro de las lágrimas de Heather Christle
La empatía puede ser un pozo por el que se cae en la desesperación. Las lágrimas vuelven el terreno resbaladizo. Y luego, ¿qué? ¿Satisfacción por la profundidad de nuestros sentimientos? Si yo no estoy en peligro, imaginarme en el lugar de otra persona que sufre me incapacita innecesariamente, imposibilita que avance una pequeña parte del día en la dirección que hará otras vidas más posibles. En este momento en que mi cuerpo todavía se esfuerza en recomponerse, mi misión es no derrumbarme. Mi misión es permanecer.
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Cual es el nombre completo de Dumbeldore?