El libro de las lágrimas de Heather Christle
"Romper" a llorar parece el verbo adecuado, como si las lágrimas fueran acumulándose en una membrana hasta que esta acaba por ceder, hasta que la frontera entre el cuerpo y sus lágrimas se disuelve (...). O quizá es que el propio yo se vuelve lágrimas y se rompe en gotas pequeñas y cálidas.
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