El libro de las lágrimas de Heather Christle
Una cocina es la mejor habitación -es decir, la más triste- para llorar. Un dormitorio es demasiado fácil, un cuarto de baño demasiado privado, una sala demasiado formal. Si alguien se desmorona en la cocina, en el espacio de trabajo y alimentación, es que tiene que estar realmente destrozado.
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