Ciudad de Jade de Fonda Lee
El jade, por sí solo, no convertía a nadie en un huesos verdes. Eran la sangre, el entrenamiento y el clan los que creaban a un guerrero de jade; así había sido siempre.
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Ciudad de Jade de Fonda Lee
El jade, por sí solo, no convertía a nadie en un huesos verdes. Eran la sangre, el entrenamiento y el clan los que creaban a un guerrero de jade; así había sido siempre.
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Ciudad de Jade de Fonda Lee
No quería una guerra entre clanes. Sería malo para todo el mundo: los huesos verdes, los negocios, la gente, el país. Había creído todo el tiempo que mientras hilase fino podría evitar un conflicto abierto con Montaña.
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Ciudad de Jade de Fonda Lee
El clan era como un organismo: los linternas eran la piel y los músculos; los puños y los hacedores de fortuna eran el corazón y los pulmones, pero el pedestal era la columna vertebral. Y en la columna no podía haber debilidad, o el cuerpo no podría mantenerse en pie ni luchar.
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Ciudad de Jade de Fonda Lee
—A veces, la gente con la que crees que puedes contar te deja tirado de mala manera, y es difícil de encajar. Pero la mayor parte del tiempo, si le das a un hombre algo a lo que aspirar, si le dices que puede ser más que lo que es, más que lo que otros creen que podrá llegar a ser jamás, hará lo imposible por materializarlo.
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¿Para qué viajan Fray Guillermo y Adso a la abadía benedictina?