La escritora relata una autobiografia-ficcionada (no se me ocurre otra forma de explicarlo). Mientras explica su experiencia con el duelo y el Confinamiento en un piso sin balcón ni plantas (se emociona con las fotos de geranios en flor que le mandan sus padres). Se recostaba en su escritorio para que le diera el sol cada día unos minutos. Seguro que pensáis "Uffff... qué deprimente". Sois unos agoreros. El caso es que Eva Piquer hace una asombrosa tarea de "encaje de bolillos" y enlaza su propia historia con un accidente aéreo ocurrido en Islandia en los años 70. Nos muestra como la vida y los accidentes físicos y emocionales nos marcan, transforman y enseñan. Conocemos a Gregory Fletcher piloto que cuenta su experiencia sin hacerse el héroe. Si sois curiosos hay info en "San Google" sobre todo esto. Es la primera novela que leo en la que la Pandemia realmente es un "personaje" esencial de la trama y perfectamente integrada. Poco a poco muestra los paralelismos entre sobrevivir a un accidente (o una "Peste") y superar un duelo. Algo en la lectura me recordó a "El síndrome del copiloto" de Vanessa Montfort (era bueno), pero en este caso es incluso mejor. Además tiene un plus: menciona muchísimos libros y escritores así que iba anotando un montón de referencias que me gustaron. Es una historia breve, pero hermosa, inspiradora y con la cual todos nos podemos sentir identificados. En mayor o menor medida todos hemos transitado duelos y/o Confinamientos. Y hemos creado ventanas donde antes había muros, de la misma forma que su protagonista. PD: Su título en español es "Aterrizaje" por si os interesa. + Leer más |