Esperanza Ayerra está a punto de casarse con el amor de su vida. Relacionada laboralmente con los libros, ha decidido investigar el pasado de su familia. Ella, que vive en la actualidad, es hija de Espe, una mujer callada que nunca ha querido saber qué secretos ocultaba su madre. Es nieta de Esperanza, conocida como Perla, de padre desconocido y que también tuvo una hija sin casarse. Y es biznieta de Esperanza Escaín, la primera Esperanza, la primera de una estirpe de mujeres fuertes y solas.
Esperanza Escaín, la bisabuela, fue la primera golondrina. Como tal se conocía a las jóvenes que, año tras año, cruzaban los Pirineos desde Navarra para trabajar en el País Vasco francés. Allí pasaban todo el invierno y volvían a sus casas en primavera. Como no podían pasar la frontera con dinero, el salario ganado era transformado en enseres con los que las jóvenes formaban su ajuar. Normalmente trabajaban fabricando alpargatas –de ahí el otro nombre con el que se las conocía, alpargateras- en Mauleón. Un trabajo mal pagado que, sin embargo, para ellas significaba mucho. Esperanza Escaín cruzó la frontera por primera vez en octubre de 1913. A partir de ahí, conoceremos su vida, la de su hija, su nieta y su biznieta, la actual Esperanza Ayerra. Todo a través de las investigaciones que esta última hace desde el presente. No obstante el lector lo sentirá como vivido en tiempo real.
A través de algo más de un siglo iremos conociendo la vida de estas cuatro mujeres y la razón por la que fueron madres solteras, sin un hombre a su lado. Pero no sólo conoceremos sus asuntos personales sino también las visicitudes de España y de Francia. Partiendo del año 1913 ya sabéis lo que toca: Primera Guerra Mundial, Guerra Civil española, Segunda Guerra Mundial. Veremos cómo vivieron estos acontecimientos históricos y cómo les afectó a ellas en lo personal. La ambientación es magnífica y realmente nos traslada a aquellos años y lugares. No lo hace mediante descripciones largas y aburridas; ni mucho menos: la autora deja caer aquí y allá datos reales, cortas descripciones, anécdotas… No es una novela histórica, no pretende ser un compendio de hechos reales sino, más bien, una novela de ambientación histórica.
Es la primera novela que leo de la autora y me ha gustado mucho lo bien que describe los personajes y los hechos, lo real que parece todo, cómo consigue que empaticemos con todas ellas, con todas las Esperanzas. Es una novela emotiva en algunos momentos, preciosa en todos ellos.
La historia transcurre entre España (Navarra) y Francia (Mauleón). Entre dos poblaciones no demasiado distantes geográficamente hablando pero a mundos de distancia si en la forma de vida nos fijamos. En aquellos años la diferencia entre ambos países era brutal; incluso yo que nací en los setenta y que, como las Espes, vivo cerca de la frontera con Francia lo noté: aquí, por la influencia francesa, estábamos más adelantados que en otros lugares y cuando siendo niña iba a pasar mis vacaciones escolares en un pequeño pueblo de la meseta castellana hasta yo misma me daba cuenta de la distancia con mis amigas. Ahora no hay nada de eso, la globalización nos ha alcanzado a todos pero en los ochenta se notaba mucho. A las golondrinas navarras se les abría un mundo ante los ojos cuando cruzaban la frontera. No importa que las explotasen, que trabajasen mucho para cobrar poco, la experiencia era impagable. Y a las dos primeras Esperanzas la experiencia les cambió la vida.
La historia se narra a través de dos líneas temporales, presente y pasado. Presente el de la Esperanza actual, apellidada Ayerra. Una mujer que tras un desengaño amoroso ha encontrado al amor de su vida, está embarazada y se va a casar. Una mujer que quiere descubrir los secretos de sus antepasadas, madre, abuela y bisabuela, con las que comparte nombre. Será ella el hilo conductor, la investigadora que nos irá acercando a lo que les ocurrió a las mujeres de su familia. Por otro lado, tenemos la trama (o las tramas) del pasado en las que, en tiempo real, iremos conociendo a las diferentes Esperanzas. Aunque las tramas del pasado suelen tener más interés que las del presente y éste a veces parece que sobre, no es el caso de esta novela. No niego que el pasado tenga más interés, es obvio, pero la “investigación” de la Esperanza actual está tan trabajada, es tan humana y llena de interés y aglutina tan bien las otras que, sinceramente, no me importaba demasiado abandonar el pasado para volver al presente.
Los personajes son inolvidables. Quizás la que menos la madre de la Esperanza del presente. Pero la abuela y la bisabuela son impresionantes. Mujeres fuertes y decididas que vivieron unas vidas increíbles.
Conclusión final
Creo que ha quedado claro que me ha encantado “La frontera lleva su nombre”. Si no es así, insisto: no os la perdáis porque es una novela preciosa con unos personajes increíbles. Una novela entretenida que se lee muy a gusto y que me ha dejado muy buen sabor de boca por lo que, sin duda, estará en la lista que hago a finales de año de mejores lecturas.
Enlace:
https://librosquehayqueleer-..