El cuento número trece de Diane Setterfield
No conviene encariñarse con los personajes secundarios. No es su historia. Vienen, se van, y una vez que se han ido ya no vuelven. Eso es todo
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El cuento número trece de Diane Setterfield
No conviene encariñarse con los personajes secundarios. No es su historia. Vienen, se van, y una vez que se han ido ya no vuelven. Eso es todo
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El cuento número trece de Diane Setterfield
Hay demasiados libros en el mundo para poder leerlos todos en el transcurso de una vida, de manera que hay que trazar una línea en algún lugar.
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El cuento número trece de Diane Setterfield
Los libros a mi cargo significan mucho para mí (...). Por muy banal que sea el contenido, siempre consigue conmoverme, pues alguien ya fallecido en su momento consideró esas palabras tan valiosas para merecer ser plasmadas por escrito.
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Érase una vez la taberna Swan de Diane Setterfield
Había una vez una taberna que descansaba tranquilamente en la orilla del Támesis a su paso por Radcot, a un día a pie del nacimiento del río. En la época en que ocurrió esta historia, había infinidad de tabernas en la parte alta del Támesis y era posible emborracharse en todas ellas, pero más allá de la típica cerveza y de la sidra, cada una de aquellas tascas tenía su particularidad... (cap. 1 "Empieza la historia...")
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El cuento número trece de Diane Setterfield
Las palabras tienen algo especial. En manos expertas, manipuladas con destreza, nos convierten en sus prisioneros. Se enredan en nuestros brazos como tela de araña y en cuanto estamos tan embelesados que no podemos movernos, nos perforan la piel, se infiltran en la sangre, adormecen el pensamiento. Y ya dentro de nosotros ejercen su magia
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El cuento número trece de Diane Setterfield
Cuando el miedo y el frío hacen de ti una estatua en tu propia cama, no ansíes que la Verdad pura y dura acuda en tu auxilio. Lo que necesitas es el mullido consuelo de un relato. La protección balsámica, adormecedora, de una mentira.
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El cuento número trece de Diane Setterfield
"Todos tenemos nuestras aflicciones, y si bien el perfil, el peso y el tamaño del dolor son diferentes para cada persona, el color del dolor es el mismo para todos..."
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El cuento número trece de Diane Setterfield
"Nos acostumbramos tanto a nuestros propios horrores que olvidamos el efecto que pueden tener en otras personas."
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El cuento número trece de Diane Setterfield
"Nuestra vida, cuando empieza, no es realmente nuestra, sino la continuación de la historia de otro."
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El cuento número trece de Diane Setterfield
"La cortesía. He ahí la más triste virtud del hombre donde las haya. Me gustaría saber qué tiene de admirable ser inofensivo. Después de todo, es fácil. No se necesita ningún talento especial para ser cortés. Todo lo contrario, lo único que te queda cuando has fracasado en todo es ser amable."
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El cuento número trece de Diane Setterfield
"La gente desaparece cuando muere. La voz, la risa, el calor de su aliento, la carne y finalmente los huesos. Todo recuerdo vivo de ella termina. Es algo terrible y natural al mismo tiempo. Sin embargo, hay individuos que se salvan de esa aniquilación, pues siguen existiendo en los libros que escribieron."
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¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?