Cristina Higueras

Una mentira no solo sirve para esconder la verdad, sino también para encubrir la vergüenza.

La muerte está demasiado mitificada. Para la mayoría de los mortales es un tema tabú. Poner en práctica un asesinato solo resulta lícito si es imaginado. Seguramente por eso tienen tanto éxito las novelas y las películas policíacas: uno puede recrearse en los crímenes sin que le salpiquen.

Hay daños que se empeñan en flotar en la superficie con el objetivo de ser recordados. Da igual lo que hagas para hundirlos, siguen encima de todo lo demás, como el aceite, para poner en evidencia tus miserias.

Cuando menos te lo esperas ocurre algo inesperado que condiciona tu vida como nunca te habrías imaginado, ¿verdad? Ahí es cuando nos damos cuenta de lo frágiles que podemos llegar a ser.

Ya en aquella época había llegado a la conclusión de que un libro no es mejor ni peor que otro, pues no hay nadie en el mundo capaz de demostrarlo. Simplemente te gusta más o menos.

Hay personas que el único sentido que tienen es hacerte volver atrás, con todo lo que eso significa.

Cuando ocurre algo a lo que no se encuentra explicación tendemos a ver fantasmas donde no los hay.

-Convivir con la muerte te da perspectiva. Todo acaba adquiriendo un sentido