El papel pintado amarillo de Charlotte Perkins Gilman
SI YO FUERA UN HOMBRE ..dio lugar a una agradable sensación, que fue cobrando fuerza a lo largo del día, dondequiera que fuese, de tener el tamaño adecuado. Ahora todo encajaba. Si espalda se ajustaba al respaldo del asiento, sus pies reposaban cómodamente en el suelo... |