Una inquietante simetría de Audrey Niffenegger
Su mundo privado era un asunto delicado. Exigía fidelidad absoluta, así que permanecían vírgenes y esperaban.
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Una inquietante simetría de Audrey Niffenegger
Su mundo privado era un asunto delicado. Exigía fidelidad absoluta, así que permanecían vírgenes y esperaban.
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Una inquietante simetría de Audrey Niffenegger
Tenía la sensación -que empezaba a resultarle muy familiar- de ser ridículamente joven y muy del Medio Oeste norteamericano.
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Una inquietante simetría de Audrey Niffenegger
-La vida del hombre es como la hierba: brota como una flor silvestre, y tan pronto la azota el viento, deja de existir y nadie vuelve a saber de ella.
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La mujer del viajero en el tiempo de Audrey Niffenegger
Hace mucho tiempo los hombres salían al mar, y las mujeres los esperaban, de pie junto a la orilla, escrutando el horizonte para divisar el diminuto barco. Ahora yo espero a Henry. Él se desvanece sin quererlo, de repente. Yo lo espero; y cada momento de esa espera lo percibo como un año, como una eternidad. Cada momento resulta tan lento y transparente como el cristal. A través de cada instante puedo ver infinitos instantes alineados, aguardando. ¿Por qué se ha marchado donde yo no puedo seguirlo?
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La mujer del viajero en el tiempo de Audrey Niffenegger
Te quiero, siempre te querré. El tiempo es insignificante.
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La mujer del viajero en el tiempo de Audrey Niffenegger
¿Le echas de menos? Cada día. A cada minuto. Es así como sucede, ¿Verdad? |
La mujer del viajero en el tiempo de Audrey Niffenegger
Odio estar donde ella me falta, cuando ella me falta. No obstante, soy yo quien siempre se marcha, y ella no puede seguirme.
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¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?