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Belleza roja de Arantza Portabales
Comenzar de nuevo. No era posible, no. Porque el pasado es testarudo, y tiene por costumbre pegarse a las espaldas de uno.
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Yo me quiero así. Con setenta y cinco años. Sola. En mi casa. Disponiendo de mi pensión de viudedad. Hago lo que me da la gana. Con quien me da la gana. Lo que es morirme, me muero. Pero esta sensación de libertad, esta, ya no me la quita nadie. |
Belleza roja de Arantza Portabales
Aprendí hace mucho que la locura nunca es de por sí la cauda de un crimen. Puede ser un factor que estimule al asesino, pero nunca es un móvil en sí mismo.
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Hay cosas que una debe hacer por una madre, sobre todo cuando descubres que las madres, efectivamente, son mujeres, aunque un día olvidasen que lo eran.
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Infinito la querías a ella también. Lo sé. Porque tú no sabes querer de otra manera. Yo no soy así. ¿De quién habrás heredado esa capacidad para amar sin medida, hijo? Todo lo haces por amor. A tu profesión. A tus pacientes. A mí. A ella. Infinito. |
El platillo llamado Duelos y Quebrantos (torta de huevos, jamón y chorizo) aparece en: