El baile de la Victoria de Antonio Skármeta
Es decir, en la vida se da junto lo grande y lo pequeño. Pero como estamos siempre viviendo en lo pequeño no alcanzados a darnos cuenta de qué parte de lo grande es lo pequeño.
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El baile de la Victoria de Antonio Skármeta
Es decir, en la vida se da junto lo grande y lo pequeño. Pero como estamos siempre viviendo en lo pequeño no alcanzados a darnos cuenta de qué parte de lo grande es lo pequeño.
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El baile de la Victoria de Antonio Skármeta
Ni a un moribundo le duele tanto como a mí la vida. ¿De qué me sirve tener veinte años y el mundo por delante?
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El baile de la Victoria de Antonio Skármeta
Hubiera preferido ser ciego y no verlo, sordo y no oírlo, indiferente hasta el hielo ... hubiera querido no haber salido jamás de la cárcel, y entendió ahora, en su confusión, que la libertad era apenas una continuación del castigo, que haber encontrado por azar a Victoria Ponce era su decreto de muerte sellado y ratificado.
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El baile de la Victoria de Antonio Skármeta
Era más que la indignación y el asco, mucho más que el amor y la ternura ofendida, infinitamente más que el odio minucioso al mundo y sus bestias, eternamente más que la rabia por virilidad celosa pisoteada, más enceguecedora que la sangre agolpada en sus ojos.
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El baile de la Victoria de Antonio Skármeta
Iba a domesticar su rebeldía de artista. Apagaría de un manotazo el incendio de sus venas que le hacía imaginar sin tregua los mejores pasos si llegara a ser la heroína del ballet La bayadera.
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El cartero de neruda : de Antonio Skármeta
Mijita, si usted confunde la poesía con la política, lueguito va a ser madre soltera.
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El cartero de neruda : de Antonio Skármeta
Sepulturero es una buena profesión, Mario. Se aprende filosofía.
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El cartero de neruda : de Antonio Skármeta
París es hermoso, pero es un traje que me queda demasiado grande.
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El cartero de neruda : de Antonio Skármeta
¡La poesía no es de quien la escribe, sino de quien la usa!
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El cartero de neruda : de Antonio Skármeta
Mijita, los ríos arrastran piedras y las palabras embarazos.
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El cartero de Neruda de Antonio Skármeta
Pero los trenes que conducen al paraíso son siempre locales y se enredan en estaciones húmedas y sofocantes. Sólo son expresos aquellos que viajan al infierno.
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El cartero de Neruda de Antonio Skármeta
El poeta lamentó en ese momento haber suscrito la doctrina materialista de la interpretación del universo, pues tuvo urgencia de pedir misericordia al señor.
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El cartero de Neruda de Antonio Skármeta
Mario sintió sus ojos húmedos, y la voz le salió también mojada.
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El cartero de Neruda de Antonio Skármeta
Mario no pudo evitar sentir que cada vez que tocaba el timbre asesinaba la inspiración del poeta, que estaría a punto de incurrir en un verso genial.
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El cartero de Neruda de Antonio Skármeta
Sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres.
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El cartero de Neruda de Antonio Skármeta
Soy parte de la esencial mayoría, soy una hoja más del gran árbol humano.
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El cartero de Neruda de Antonio Skármeta
Mario mantuvo su mirada en los ojos de ella y durante medio minuto intentó que su cerebro lo dotara de las informaciones mínimas para sobrevivir el trauma que lo oprimía: quién soy, dónde estoy, cómo se respira, cómo se habla
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El cartero de Neruda de Antonio Skármeta
¡La poesía no es de quien la escribe, sino de quien la usa!
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¿En qué año se publicó?