|
|
Macaria de Alexandra Campos Hanon
«Un árbol que llora», pensó. Le hubiera gustado sonreír. Parecer distinto. Borrar cualquier semejanza con aquel árbol deprimido y, si fuera posible, cambiar. Pero aquel hombre reía poco; había olvidado cómo jugar, no sabía ser otro y le daba miedo intentarlo.
|
¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?