Viajamos a Kirkby Abbey junto con nuestros protagonistas Annie y James. James decide dejar su trabajo como inspector de homicidios de Scotland Yard tras la liberación de un preso al que metió en la cárcel erróneamente. Después de pasar trece meses en prisión, James y su esposa Annie tienen miedo de las represalias que el expresidiario pueda tomar contra ellos. Se mudarán a la casa familiar de Kirkby Abbey y James será detective en la policía de Cumbria. El matrimonio cree encontrar la tranquilidad en el pueblo hasta que en el porche de su nueva vivienda, a pocos días de Navidad, aparece una caja con una perdiz muerta, una postal navideña con un villancico y mensaje claro. Doce días, doce asesinatos. La trama me enganchó desde las primeras páginas, con unos personajes reales y una ambientación que no puede estar mejor elegida. Me ha gustado mucho la parte de la investigación, como James avanza en sus pesquisas aún con los inconvenientes que se le van presentando y como pese a ello la relación con su mujer lejos de quedar en segundo plano, se fortalece. No tiene grandes giros, el ritmo es pausado aunque bien es cierto que no he perdido el interés en la lectura ya que quería saber si mis conjeturas eran ciertas. Tenía mis sospechas de como se resolvería y ha sido tal cual... Me hubiera gustado un final sorprendente y menos precipitado. Cómo conclusión, creo que sería una buena apuesta para ver en formato televisivo y que aún con sus "peros" me ha hecho pasar un buen rato de lectura. + Leer más |