El hombre de Calcuta de Abir Mukherjee
PROHIBIDA LA ENTRADA DE PERROS E INDIOS A PARTIR DE ESTE PUNTO Surrender-not captó mi desagrado —No se preocupe, señor —dijo—. Los indios sabemos cuál es nuestro sitio. Además, en ciento cincuenta años los británicos han conseguido logros que nuestra civilización no ha conquistado en más de cuatro mil. —Ni más ni menos —terció Digby. —¿Por ejemplo? —pregunté. Los labios de Banerjee esbozaron una sonrisa. —Pues, mire, no hemos conseguido enseñar a leer a los perros. |