Antología poética de William Butler Yeats
[...] un hombre que no existe, un hombre que es un sueño apenas [...] |
Antología poética de William Butler Yeats
[...] un hombre que no existe, un hombre que es un sueño apenas [...] |
Antología poética de William Butler Yeats
[...] en el aire en suspenso, de estrellas alumbrado, y en la estrella que marca el escondido polo; que ningún pensamiento ahora te distraiga de la fase en que todo el pensamiento acaba: ¿quién puede distinguir la oscuridad del alma? |
Antología poética de William Butler Yeats
Mi corazón entero consumid, que está enfermo de tanto desear y, atado a un animal que agoniza, no sabe ya ni qué es; dejad que me acoja al artificio de la eternidad. |
Antología poética de William Butler Yeats
y, mientras, el mundo se angustia, y, mientras duerme, continúa ansioso. |
Antología poética de William Butler Yeats
Antes de morir fue bastante tu desdicha; ¡Vete ya! Más seguro en la tumba has de estar. |
Antología poética de William Butler Yeats
Furioso el Tiempo a rugir comenzó, y tal compás sus raudos pies tenían, que a palpitar comenzó el corazón |
Antología poética de William Butler Yeats
[...] y sin embargo las bellezas que amé no he olvidado; a la cara le escupo al Tiempo yo, al Tiempo que me ha transfigurado. |
Antología poética de William Butler Yeats
Acércate, oh niño humano, al agua y la naturaleza, con un haga, cogidos de la mano, que aún has de entender que el llanto el mundo anega. |
El crepúsculo celta: mito, fantasía y folclore de William Butler Yeats
Gastado corazón de un tiempo gastado, Líbrate de las redes de lo cierto y lo falso; Ríe otra vez, corazón, en el triste crepúsculo, Suspira una vez más, corazón, ante el rocío de la mañana. Tu madre Eire es siempre joven, El rocío siempre brillante y triste el crepúsculo; Aunque tu esperanza colapse y el amor se desvanezca, Ardiendo en las llamas de una lengua odiosa. Ven, corazón, allí donde las colinas se amontonan: Pues allí la hermandad mística Del sol y la luna y el claro y el bosque Y el río y la corriente construyen su deseo; Y se alza Dios soplando su cuerno solitario, Y el tiempo y el mundo siempre vuelan; Y el amor es menos amable que el oscuro crepúsculo, Y la esperanza menos querida que el rocío de la mañana. |
¿Con qué frase empieza esta novela?