Ondina de Motte-Fouqué barón de la
Escucharon encantados cuando el caballero les habló de sus viajes, que poseía un castillo a orillas del Danubio, y que se llamaba Huldbrand von Ringstetten.
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Ondina de Motte-Fouqué barón de la
Escucharon encantados cuando el caballero les habló de sus viajes, que poseía un castillo a orillas del Danubio, y que se llamaba Huldbrand von Ringstetten.
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Ondina de Motte-Fouqué barón de la
Le solía resultar tan fácil atravesar el bosque porque no albergaba otros pensamientos que no fueran piadosos y porque, cada vez que ponía el pie en aquellas sombras con tan mala fama, estaba acostumbrado a cantar a pleno pulmón una canción religiosa con toda la sinceridad de su corazón.
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Ondina de Motte-Fouqué barón de la
Tanto la tierra como el agua se visitaban como huéspedes y por eso producían un efecto tan encantador.
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