La canción de Aquiles de Madeline Miller
Las sombras parpadeantes le afilaban el rostro, aunque yo le habría reconocido sumido en las penumbras o disfrazado, me dije, e incluso si se hubiera apoderado de mí la locura.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
Las sombras parpadeantes le afilaban el rostro, aunque yo le habría reconocido sumido en las penumbras o disfrazado, me dije, e incluso si se hubiera apoderado de mí la locura.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
dioses de Briseida sean más benévolos que los nuestros y ella encuentre descanso. Volvería a dar mi vida para que así fuera. Os encomiendo una misión para después de mi muerte: mezclar nuestras cenizas y enterrarnos juntos. —¿Oirás la plegaria de un padre, poderoso príncipe de Ftía, tú, el mejor de los griegos?
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
En la oscuridad, dos figuras alargan los brazos a travez de una penumbra espesa y penosa. Y cuando las manos se tocan, se derrama la luz de cien urnas doradas, por las que el sol parece salir a borbotones
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
Os ecomiendo una mision para despues de mi muerte: mesclar nuestras cenizas y enterrarnos juntos
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
El nuestro era un mundo de sangre y solo la reputación lo conquistaba. Los cobardes no combatían. Un príncipe ni siquiera tenía lección: guerreaba y ganaba o guerreaba y moría.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
Así empecé a comprender cuál iba a ser mi lugar allí. Hasta ese momento había sido un príncipe al que se esperaba y cuya llegada se anunciaba. Ahora era insignificante.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
Se inclino hacia mi, envuelto en bronce y oliendo a sudor, cuero y metal. Cerre los ojos al sentir sobre mis labios los suyos, la unica parte aun suave de Aquiles. Despues se marcho.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
En la oscuridad, dos figuras alargan los brazos a traves de una penumbra espesa y penosa. Y cuando las manos se tocan se derrama la luz de cien urnas doradas por las que el sol parece salir a borbotones.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
me bastaba un simple roce o el olor para identificarle: Y si me quedara ciego podria reconocerle por el modo en que respiraba o en que pisaba el suelo. Le reconoceria en el fin del mundo. Incluso en la muerte.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
-No hay tratos entre hombres y leones. Te voy a matar y a comerte crudo.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
Ese momento nos cambió la vida. Fue cuando empezamos a comprender la gloria y la grandeza que ahora y siempre iban a acompañarnos. Aquiles había elegido convertirse en leyenda y aquel era el comienzo.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
Parecíamos dioses en el alba del mundo y nuestro gozo era tan deslumbrante que no éramos capaces de ver otra cosa que el uno al otro.
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¿En qué época se desarrolla la historia?