Comienzo la reseña de este tercer volumen que comprende los capítulos del nueve al doce. La trama continua justo donde se quedó en el último tomo. Nuestro protagonista, Nicholas Cox, se enfrenta a los últimos combates que decidirán si entrará o no en el equipo de esgrima de Kings Row. Su rivalidad con Seiji Katayama sigue en pie y Nicholas hará todo lo posible para que Seiji le reconozca como rival.
Estoy puntuando todas estas novelas con la nota máxima porque las disfruto en su totalidad, pero sí que tengo que comentar que este tomo me ha gustado mucho más que los demás. Poco a poco, iremos conociendo a Nicholas y a todos sus compañeros y veremos que, más allá de la competición, son personas con una historia detrás. Los personajes secundarios cada vez tienen más peso y ya sabéis que este es un aspecto que me encanta. Con respecto a los combates, todos son relevantes, interesantes y en algunos sientes que se te va a salir el corazón de la tensión. El desenlace me ha dejado con ganas de saber más, por lo que estoy deseando leer el siguiente volumen.
La conexión que tienen Nicholas y Seiji va creciendo de forma paulatina y parece ser que, entre ellos, está naciendo una bonita amistad (aunque ahora mismo esté en su inicio más extremo). Ya introduje en la reseña anterior a Bobby Rodríguez, a Aiden Kane y a Harvard Lee; todos miembros y estudiantes de King Cross. Además, destaqué a Jesse Coste; una leyenda de la esgrima. Comento esto porque el personaje de Jesse Coste toma mucha relevancia, a pesar de no estar presente, ya que Seiji tiene fijación en él (es su mayor rival) y esto afecta a Nicholas. Por último, en este volumen, dos compañeros del equipo de esgrima de Nicholas, Kally Jenkins y Eugene Labao, tendrán su historia y podremos conocerlos algo más. El apoyo familiar es un tema importante y, aunque no se ha ahondado tanto como yo esperaba, sé que va a dar de qué hablar.
Nada más que añadir que no haya comentado con anterioridad en cuanto a las ilustraciones y al color que le acompaña; el conjunto es perfecto. La narrativa de la autora sigue en su línea; directa y amena. De hecho, sigo muy sorprendida, puesto que gracias al estilo de la autora entiendo cómo funciona el mundo y las reglas de este deporte tan poco conocido para mí como es la esgrima. Por último, y como ya he ido comentando en las reseñas anteriores, al final del tomo hay una galería con las portadas que se han ido publicando en las diferentes ediciones y también una galería de páginas a lápiz.
Escuela de esgrima. Volumen 3 ha sido un título fantástico, digno de sus predecesores, y que promete una evolución en relación a los personajes, mucha competición y compañerismo. Si os llama la atención esta historia, ¡no dudéis en darle una oportunidad porque va mejorando por momentos!
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