Si en lugar de la costa colombiana nos trasladamos, - la imaginación todo lo puede- a la antigua Grecia, y hacemos que se desarrollen ahí los sucesos que llevan a la muerte de Santiago Nasar, esa muerte que todos saben que se va a producir pero que nadie puede evitar, nos podemos encontrar con una de esas tragedias como las de Esquilo o Sófocles. Imaginemos, por otra parte, a un periodista reconstruyendo, los sucesos vinculados a la venganza de Orestes, o al drama de Edipo, citando a testigos y contándonos lo que pasó. Pero no, estamos en esa Colombia rural y mágica, bañada por el mar, con dos hermanos que deben salvar el honor de una joven - devuuelta a su madre la noche de bodas por su esposo afrentado, y aún así, hacen todo para evitarlo. Con un pueblo que se entera, y que - juguete del destino- no logra evitar la muerte, y con una víctima, que es el único que ignora lo que pasa y que muere porque ese fue su destino. Por todo esto, por la brillantez de la prosa, por el reflejo de la vida y costumbres pueblerinas, por la ironía y la piedad con que se nos narra la historia y se muestran a los protagonistas, por todo eso, nos encontramos con una obra maestra. Enlace: https://sobrevolandolecturas.. + Leer más |