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Crítica de Celia_0504


Celia_0504
26 October 2021
Me da mucha pena que esta novela no haya terminado de gustarme del todo, porque ha sido culpa mía y de las circunstancias. El mismo día que la comencé me surgieron ciertas cuestiones personales y relacionadas con mis estudios que me absorbieron por completo y me impidieron coger el libro por días. Así que cuando volví con él me pasaron dos cosas 1) estaba mentalmente cansada. 2) me fue imposible volver a conectar con esta lectura. Y es una absoluta pena que por esto no haya podido disfrutar de esta novela como se merece. Me encanta Zola y hacia unos cuatro años que no tenia nada de él en mis manos, así que me hacia mucha ilusión leer de nuevo algo de él, y este libro era al que más ganas tenía de todos los que tengo pendientes de él..

Basada en hechos reales, la novela recibe su nombre de su protagonista femenina, la cual ha sido criada por su tía, una amable y mojigata mujer que ha sobreprotegido a su enfermizo y debil hijo, Camile, con quien ha casado a Thérèse, condenándola a una vida de tedio y pasividad. Trabajando en una húmeda y oscura mercederia parisiense, Thérèse ve pasar su vida sin ninguna ilusión hasta que aparece en escena Laurent, un amigo de su esposo con el que empezara una tormentosa aventura que les llevara a asesinar al melindroso y débil Camile. Un crimen que, lejos de ser el final, marcara el inicio de una tragedia domestica de odios y remordimientos.

Zola es un escritor al que no se le puede poner ni una cosa negativa como autor. No se corta ni un pelo a la hora de representar a sus protagonistas, no ahorra a sus lectores ningún dato espinoso y se recrea en todos sus matices, recreando, en todo su esplendor, la inmundincia de su degradación humana, la forma en como van perdiendo todos sus rasgos de humanidad para convertirse en animales rabiosos y acorralados, presas del odio, los remordimientos y los miedos, lo que les llevara a la locura y la desgracia. Los dos están nítidamente trazados a nivel psicológico: Thérèse como una mujer apasionada a la que las circunstancias la han llevado a reprimirse social y psicológicamente, de ahí que viva profundamente asqueada, odiando a su familia y a la sociedad que la rodea. Laurent, por su parte, es un hombre bruto y egoísta que solo vive para él y sus pasiones, con la meta de vivir bien sin tener que trabajar. Ambos piensan que deshaciéndose de Camile podrán ser felices juntos, pero esto solo acabará marcando su perdición. Son dos anti-héroes en todos sus sentidos. Su historia es una cruel y repugnante parodia del amor y todo lo positivo que hay en el ser humano. No son dos amantes románticos al uso. Todas sus desgracias vienen cuando parece que tienen el camino despejado para ser felices, y no provienen de su amor reciproco, sino del estrés y la inestabilidad mental que les produce el asesinato que cometieron y el miedo a ser descubiertos. Y ni por eso tienen redención, ya que nunca lamentan el haber matado a alguien tanto como la inestabilidad que les produce el hecho de haber cometido un crimen y ser descubiertos.

Me parece importante señalar que “Thérèse Raquim “es una obra muy relevante para la historia de la literatura y su porque, al ser la primera inscrita en el Naturalismo, del que Zola es su principal exponente a nivel mundial. El fue quien mejor escribió un manifiesto sobre este movimiento en el prologo de la segunda edición de la presente obra, el cual creo (creo) que se encuentra a modo de prologo en la mayoría de ediciones de la novela :

“Creo que se empieza a comprender que el fin que perseguido ha sido, ante todo, un fin científico. Cuando fueron creados los dos personajes, Thérèse y Laurent, me complací en plantearme y resolver ciertos problemas: así, he tratado de explicar la extraña unión que puede producirse entre dos temperamentos diferentes y he ex puesto las profundas perturbaciones que ocasiona en una naturaleza sanguínea el contacto de una naturaleza nerviosa. Léase la novela con atención y se verá que cada capítulo es el estudio de un caso curioso de fisiología. En suma, mi único deseo ha sido, dados un hombre po tente y una mujer insatisfecha, buscar en ellos la bes tia, incluso no ver más que la bestia; echarlos en brazos de un drama violento y anotar escrupulosamente las sen saciones y actos de dichos seres. Me he limitado a hacer, en cuerpos vivos, el trabajo analítico que los cirujanos realizan en los cadáveres.”

Un objetivo que Zola logra sin concesiones de ningún tipo y de la forma más cruel y contundente posible. de ahí que si alguien me lo preguntase, sin duda le animaría a empezar a leer a Zola (y no lo ha hecho) con este libro. Un libro que, por cierto, mientras leía no podía dejar de comparar con otra joya de la literatura francesa decimonónica , y también de corte naturalista: “Madame Bovary” de Flaubert.Sobre todo en las dos protagonistas de sendas obras ,Thérèse y Emma Bovary. Ambas son representadas como mujeres a las que sus autores disculpan en cierto sentido, reconociéndoles que no se encuentran en el lugar que realmente les correspondería, que merecen matrimonios mejores y más felices, víctimas de sus pasiones, de su lugar en la sociedad y del entorno en el que se mueven (este, por cierto, es otro de los pilares del naturalismo). Pero tampoco los dos escritores en cortan en reconocer sus errores, sus defectos y como sus propios impulsos y actos las llevan a la perdición. Y realmente creo que Zola es incluso más duro y taxativo con su Thérèse, que Flauvert con Emma (Aunque debo decir que hace muchísimo tiempo que leí “Madame Bovary”, es uno de esos libros que tengo que volver a releer en cuanto pueda).Son dos obras y protagonistas en cierto sentido, perfectamente hermanadas.

Volviendo a los personajes de la novela, a Thérèse y Laurente les acompañan una galería de personajes, a los que Zola no dedica tanto tiempo a describir como a los traicioneros amantes, pero a los que dedica lo justo y necesario para convertirlos en una parodia de la condición humana y la sociedad del Paris de clase media del siglo XIX. Mención especial para Madame Raquin, una de las principales víctimas (para mi) de esta tragedia. Es un personaje que al principio puede parecer muy secundario, pero que a medida que va avanzando la novela se va convirtiendo en uno de los principales motores de todos los acontecimientos, amén de ser uno de los personajes que tiene la evolución humana más terrible que he podido leer no solo en este libro, sino en muchas otras novelas. Madame es, probablemente, el único carácter que puede llevar a lector a sentir compasión o empatía, y tiene mucho más que decir de que lo que puede parecer a simple vista al principio de la obra.

Os juro que no es una novela para nada mal escrita, de hecho creo que en otras circunstancias la hubiera disfrutado muchísimo (dentro de todo lo que se puede disfrutar los horrores humanos que Zola nos presenta). Zola es en su trabajo sencillamente brillante, sabe hacer una obra maestra y que remueve las entrañas del lector, de un argumento que en manos de alguien menos hábil se hubiera quedado en un mero pastiche de corte moralista y plagado de clichés. Creo que solo hay un pero que pueda ponerle: para mí el clímax de la historia llegó bastante rápido (aproximadamente a las 100 páginas de la edición que yo he manejado).A partir de ahí todo es ver las consecuencias del crimen principal como va afectando, paulatinamente, a nuestra pareja protagonista. Ningún pero a esto, es el fin de Zola al escribir este libro y cualquier otro (naturalismo, amigos). La trama sigue avanzando condimentada con diferentes descripciones de la psique, la cordura y el estado de animo de Thérèse y Laurent van metamorfoseando hasta llegar al infierno con todo lujo de detalles y tonalidades. Pero quizás, lo que menos me ha gustado ha sido que ciertos detalles importantes para lo que es la propia trama propiamente dicha pasan muy rápidos. de hecho al final, para mí, me ha resultado un tanto precipitado. Pero incluso esto lo cojo con pinzas. Creo que al ser tan rápido (y previsible, para que mentir) también impacta muchísimo al lector, más que si fuera un desenlace narrado de forma más pausada. La escena final, con las últimas frases que cierran la novela, me dejó totalmente impactada durante los minutos posteriores a finiquitarla, en serio.

Thérèse Raquin” es la salvaje y oscura crónica de la caída humana y moral de una pareja que, independientemente de lo que sientan uno por el otro, están condenados a compartir una conexión mutua cuasi sobrehumana y a cargar con el mismo destino. Ninguno de los dos son ángeles caídos, ambos parten de una naturaleza violenta y egoísta desde el principio, pero a medida que van sucediéndose las páginas vemos como van convirtiéndose en sombras de lo que fueron, algo sórdido y sucio. Es una novela de miseria humana, bajeza moral, odios demoledores, hipocresía cruel y pasiones exacerbadas. Llevará al lector a la cara b de la condición humana, a preguntarse sobre si la bondad y la compasión pueden llegar a darse en el ser humano, y hasta donde puede llegar por conseguir sus más pecaminosos deseos .

Creo que en dos o tres años volveré a leerla de nuevo, para darla la oportunidad y disfrutarla apropiadamente y ver con más calma todas las cosas positivas que tiene y que no he podido disfrutar plenamente en esta ocasión.
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