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Los temas de los libro de Victoria Álvarez suelen atraerme mucho, como en este caso. Sin embargo, aunque sus temas me gusten, por alguna razón no acabo de casar con su manera de contar las historias. Suele tener partes que me gustan, sí, pero también otras con las que choco mucho, mucho. En este caso, el primer tercio del libro me encantó. Me estaba gustando mucho cómo se entretejían las dos historias, y estaban interesándome las dos por igual. Pero después se me fue haciendo cada vez menos interesante, con varias cosas que me rechinaban: reacciones y situaciones que no me pegaban, un dramatismo algo exagerado, y sobre todo, diálogos con los que choqué bastante y me parecían poco naturales. Incluso la actitud y acciones de los personajes me extrañaba a veces y no terminaba de cogerles la medida. Además, me hubiera gustado conocer un poco más la magia de Amunet, porque noté muchos altibajos en lo que era capaz o no de hacer sin explicación. Por suerte, en el último cuarto del libro, este remonta, pareciéndose más al ritmo y la intriga de su incio, de modo que volvió a interesarme y ya lo pude disfrutar más. Aunque el final no acabara de encantarme. En general lo que más destacaría del libro es la ambientación, que aunque haya tenido algunos problemas con determinados detalles, creo que está muy bien conseguida. Lo dicho, ojalá casara más con su manera de escribir, porque los temas que elige para sus historias me gustan mucho. |
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