De la mano de Miguel y Helena, y acompañados de sus fantasmas y soledades, Víctor del Árbol nos lleva en un viaje al pasado buscando aprender a vivir el presente. Y, como siempre, consigue movernos los sentimientos con personajes que hace grandes aún siendo secundarios en la vida de quienes elegimos como personajes principales.Quizás, este sea el mejor libro leído en este 2017
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