Recuerdo que aquella noche pareció hacerse de día. La luz lo quemó todo y el siguiente día se convirtió en la primera de infinitas noches. Ese es el recuerdo que me queda de aquello, el que perdura en mi mente y se me ancla en el alma con un dolor que me quiebra. A veces, en las madrugadas, suspiro para que ningún despertar me revele que todo ese dolor es real. ... No recuerdo muy bien cómo empezó todo ni de qué manera, cómo llegamos a tomar decisiones más cercanas a la demencia que a la sensatez... |