UN AÑO EN TINIEBLAS

Con la llegada del invierno al pueblo de Tinieblas los hombres comienzan la trashumancia hacía tierras más cálidas. La noche anterior a la partida, los cadáveres de dos jóvenes son mutilados extendiéndose el miedo entre los tinieblenses. Las muertes y desapariciones se suceden y un día el pueblo de Tinieblas amanece sin sol dejando a los conciudadanos sumidos en una noche continua. Con la falta de luz las cosechas se van perdiendo debido al frío y la carestía por falta de alimento hace enfermar al ganado. Estamos en el año de 1816, en un pueblo de Castilla. Así es como comienza esta novela de terror fantástico. Un comienzo endiablado con un continuo devenir de acontecimientos. En esta historia tienes que estar atento a cada detalle, a todos esos pequeños remolinos que se forman bajo la superficie. Es una historia con muchas capas. Ahora os expongo a grandes rasgos una muestra de los muchos atributos que encontré en esta novela.

Trasgresora, descarada, sin filtro. Lo primero que se me vino a la mente cuando comencé a leer esta novela fueron estos adjetivos. Hay que escribir sin tener miedo al lector, sin miedo a las críticas. Y sobre todo hay que atreverse a escribir alejándose del puritanismo y del encorsetamiento de la moral actual. Hay que ser atrevidos y valientes. Y María de Sancho lo ha sido con su primera novela.

Escalofriantes descripciones. Una época oscura de plomizos días sin sol en una sociedad supersticiosa, de clases sociales y estamentos, creyentes algunos de malos augurios y de mucha carestía y mucha hambre. El contexto histórico es importante en esta historia; estamos en la España decimonónica posterior a la Guerra de la Independencia. Es el final de Napoleón, la vuelta del rey y de la Santa Inquisición, instaurada de nuevo para guiar a los fieles en tiempos aciagos. Igualmente existe un héroe popular, un soldado del pueblo que se esconde en Tinieblas, la figura de El Empecinado, el mayor proscrito de la Corona. Además, no podemos olvidarnos de Tinieblas, ese pueblo pestilente, muerto de hambre que muestra su aspecto más siniestro en la oscuridad, en el día sin sol, en el llamado Año sin verano en el que da comienzo a una serie de asesinatos.

Torrente de personajes. En esta novela nos encontramos con bastantes personajes. Pero no tengáis miedo de perderos entre ellos. Son los ciudadanos que conviven en Tinieblas y que van desde los simples ganaderos castellanos, el cura de Tinieblas, la bruja, la monja, el atractivo El Empecinado o los miembros de la Santa Inquisición, siendo algunos los que tomen las riendas en Tinieblas para hacer frente al mal, otros estarán por allí, viviendo como buenamente puedan.

Un velo negro cubre toda la historia. Tinieblas se convierte en un lugar frío y oscuro, casi peligroso. Desde las muertes al inicio de la trashumancia y tras la desaparición del sol, la ciudad se sume en un letargo de carestía y hambruna pero además algo acecha entre las sombras, una malignidad latente. Es aquí cuando la autora despliega su imaginación para crear un mundo que vive en tinieblas, haciendo mención a su nombre, y el terror fantástico se hace realidad.



Calidad narrativa. Inmediatamente, en las primeras páginas, me di cuenta de la calidad narrativa y el rico lenguaje usado por María de Sancha que nos embriaga con su prosa sublime. Desde el primer capítulos se disfruta de la contundencia narrativa, repleta de imágenes y muy ambiental, al igual que el carácter tan palpable del texto salpicado de agudos diálogos. He disfrutado con el punto de hilaridad y te atrevimiento del que os hablaba al comienzo de la reseña.

Temática. Muerte es hilo conductor y la columna vertebral de esta historia pero el sexo, el terror, la carestía y el contexto histórico son los apéndices que componen el cuerpo de esta novela.
Impresiones: Ponto me sentí cautivada por todos los aspectos del mundo oculto en Tinieblas. Soy una eterna lectora de novelas de terror. Leer es para mí una pasión absorbente, como se suele decir, a la cual la dedico todo mi tiempo. Todo en esta lectura me parece pavoroso; la expresión, la prosa, el ambiente, los personajes, la oscuridad eterna... Y esa sensación tensa e inquietante me mantuvo cautiva hasta el mismísimo final.

Eso, sí, es una lectura poco recomendable para los corazones delicados porque Un año en Tinieblas ataca a traición y golpea astillando, como un hacha roma.

¡Dios! Como la he disfrutado.
















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