UN AÑO EN TINIEBLAS de María de Sancha
Su risa se apagó y de pronto se dio cuenta de que nadaba en el silencio. El bosque no se movió. No había graznidos, crujidos, gruñidos, ni siquiera aleteo de aves.
|
UN AÑO EN TINIEBLAS de María de Sancha
Su risa se apagó y de pronto se dio cuenta de que nadaba en el silencio. El bosque no se movió. No había graznidos, crujidos, gruñidos, ni siquiera aleteo de aves.
|