Veinticuatro horas en la vida de una mujer

Decía Chéjov que "el arte de escribir consiste en decir mucho en pocas palabras" y sin duda Zweig dominaba ese arte a la perfección. Tenía un dominio absoluto de las palabras, el ritmo y la psicología humana, y todo lo narraba de forma precisa, sin que le sobrara ni faltara nada, y siendo capaz de crear una gran historia llena de emociones, reflexiones y crítica social.

En este relato Zweig parte de un hecho totalmente inmoral en los años 20. Un escandaloso amoroso que enseguida da pie a un sinfín de juicios de valor y habladurías, especialmente contra la mujer. Todas esas habladurías remueven a nuestra protagonista, una mujer que decide confesar por primera vez en su vida lo que vivió hace 25 años. Sólo fue un día, 24 horas, pero ese suceso le marcó tanto que ha seguido atormentándola hasta ahora. Esa confesión es para ella un medio de liberación, un intento de que la comprendan sin juzgarla y tal vez así poderse perdonar a ella misma y desprenderse del peso de la culpa.

Es brutal todo lo que transmite valiéndose de un recuerdo, cómo muestra las convenciones de la época, los pensamientos y emociones que sintió la protagonista, las contradicciones, los miedos, el arrebato irracional que la absorbió... Expone además temas como la adicción al juego y cómo esta puede llegar a anular por completo la personalidad y voluntad de una persona arruinándole la vida.

Como en todos sus libros Zweig da una demostración de cómo crear una brillante historia y unos grandes personajes en muy pocas páginas. Siempre es un placer leerlo, y esta vez lo ha sido aún más con esta preciosa edición ilustrada.