Una boda en Lyon

Descubrí a Stefan Zweig cuando tenía dieciocho años. En junio leí la biografía de María Antonieta y en julio fui a París y Versalles y "vi" a la reina deambulando por las habitaciones del palacio y, sobre todo, jugando a campesinos y campesinas con sus damas de compañía en el Petit Trianon. No soy lectora de biografías (de hecho, ésa es la única que he leído) pero “María Antonieta” me encantó. Desde entonces quise leer más cosas del autor, sobre todo en su faceta como novelista. No fue hasta el año pasado que me estrené con una novelita corta, “Las hermanas” , que me gustó mucho. Tengo la intención de ir leyendo poco a poco su obra y hoy os traigo aquí mi última lectura: “Una boda en Lyon”

Éstas son mis impresiones

Aunque el libro en la edición de Acantilado lleva por título “Una boda en Lyon” éste, en realidad, sería el título del primero de los cuatro relatos que contiene. Los otros son “La caminata”, “Un ser humano inolvidable” y “Dos solitarios”.

“Una boda en Lyon”, el primero de los relatos, el más largo y el que más me ha gustado. Nos traslada a la Revolución francesa. En Lyon, defensora de los intereses realistas, ha habido una batalla. Por su culpa dos novios, dos personas que iban a casarse, tuvieron que aplazar su boda. La chica no ha vuelto a saber nada del novio y piensa que está muerto. Pero ambos se encuentran, junto a otros muchos detenidos, en la lúgubre celda donde pasan la noche en espera de ser ejecutados a la mañana siguiente. La casualidad quiso que se encontraran allí y que el mejor amigo del novio, también presente, conociese a otro de los detenidos, un clérigo. El amigo les organiza la boda más romántica del mundo.

Me ha encantado este relato. Porque cuenta una historia de amor preciosa y lo hace de una manera tremendamente tierna, elegante y sutil. Es un rayo de luz en el peor de los escenarios posibles y demuestra que el amor puede con todo: los jóvenes morirán, pero lo harán casados para toda la eternidad. Además de un canto al amor, es también un reconocimiento a la bondad de la gente que, aún habiéndolo perdido todo, está dispuesto a dar lo poco que le queda.

“La caminata” Nos traslada aún más lejos en el tiempo: a los tiempos del Mesías. El protagonista es un joven que ha oído hablar del Maestro y sale en pos de él.

Es el relato más original de los cuatro y, sin duda, me ha sorprendido porque tiene más contenido del que aparenta a simple vista. No obstante, es el que menos me ha gustado de todos, no me ha llegado.

El tercer relato se titula “Un ser humano inolvidable” y nos presenta a Anton, un hombre muy especial. Tiene una filosofía de vida muy peculiar y bastante contraria a la del resto de la gente: no acumular. Para él el dinero no tiene importancia y vive completamente al día, haciendo pequeñas chapucillas para sus vecinos quienes, en contraprestación, le visten y dan de comer. Todo el mundo le aprecia, con nadie ha tenido ningún problema. Y es que Anton siempre está ahí para ayudar a quien lo necesita.

Es éste un relato muy bonito que nos da un toque de atención sobre nuestra escala de valores. Esas ansias por acumular más y más que hacen que parezca que nunca tengamos bastante, ese crearnos necesidades que quizás no son tales, ese complicarnos la vida cuando ésta debería ser mucho más sencilla. Sin duda, Anton es mucho más feliz que cualquiera de sus vecinos: tiene todas sus necesidades satisfechas y todo el mundo le aprecia, ¿qué más se puede pedir?

Finalmente, el cuarto relato lleva por título “Dos solitarios” y nos presenta a un hombre y a una mujer que trabajan en la misma fábrica pero que no habían hablado hasta esa noche, cuando lo hacen al salir del trabajo. Ella es una mujer contrahecha de la que todo el mundo se burla por su aspecto físico; la birriosa Jula la llaman. Él tiene un pie mal y cojea. Esa noche, para no variar, algunos compañeros se mofan de Jula. Ella llora, dolida, y él se acerca a consolarla. Empiezan a hablar y se reconocen el uno en el otro: dos solitarios que, quizás, podrían dejar de serlo.

Este último relato es muy breve y bastante sencillo pero, como en todos los demás, la forma tan exquisita que tiene Zweig a la hora de describir personajes y situaciones lo hace especial. Dulce, amable, conmovedor.

Conclusión final

“Una boda en Lyon” es una colección de cuatro relatos que nos muestra el buen hacer de Stefan Zweig. Unos relatos cortos, para leer de una sentada, que os dejarán con muy buen sabor de boca.

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