Miedo

Zweig escribe esta novela corta en 1913 aunque fue publicada años más tarde. La trama gira sobre la protagonista, Irene Wagner. Una dama de alta sociedad en matrimonio con un prestigioso abogado y madre de dos hijos. Irene sucumbe al deseo prohibido de una aventura amorosa con un joven pianista. Los días en que frecuenta al pianista sufre al abandonar su apartamento al pensar que pueda ser descubierta por alguien e informar a su marido. Sus peores augurios se convierten en realidad, una mujer la aborda en el rellano de su amante, ésta le increpa y es conocedora de su secreto. A partir de aquí, Irene se verá chantajeada por esta mujer vulgar que se convertirá en una pesadilla y traerá agonía a los días felices en la vida de Irene.

Esta novela corta está escrita de forma magistral por el genio austriaco. El lector es testigo de la zozobra y desazón de Irene ante una situación límite que la sobrepasa y a la que no encuentra solución. Su mayor temor es el escarnio público y la pérdida de su estatus en sociedad. Para llegar a comprender los sentimientos de Irene hay que retrotraerse al contexto histórico en el que se encuadra, es decir, a la vida burguesa de máscaras y apariencias de intachable moral de la que debían hacer gala a la que ella pertenecía. A esto hay que sumarle los remordimientos y la culpa de quién sabe que comete adulterio está mintiendo y dañando a un tercero. Además, Irene llega a ser consciente de su mal proceder no solo como esposa sino también como madre.

La figura de Irene es la muestra viva de las damas ricas de la sociedad burguesa despreocupadas, pendientes de sí mismas, de su ocio y divertimento, sin más fondo que la alegría de quien no tiene preocupaciones por sobrevivir y tiene todas las necesidades básicas cubiertas. Sin embargo, haciendo honor al título, si algo queda retratado de manera prodigiosa en esta novela es el miedo. Ese sentimiento punzante de quien se siente perseguido por esos fantasmas, ya sea encarnado en una persona o conjunto de ellas, como tal la sociedad, dispuestos a castigarnos por nuestros malos actos o conductas reprobables. La humillación, la vergüenza, ese sentimiento de indefensión ante encontrar a alguien en quien confiar nuestro pesar y compartir nuestro temor que nos infunde esa mezcla de sentimientos y nos hace cargar con una losa pesada. En el caso de Irene, unido al chantaje de esa mujer que afirma estar dispuesta a destruir su vida si no cumple con los pagos acordados.

Resulta verdaderamente interesante ver la evolución del personaje de Irene de una dama frívola a una mujer reducida a la mínima expresión, presa del miedo y una incertidumbre que la mantienen en vilo ante un final predecible pero que mantiene el suspense hasta el punto final.

Esta historia ha tenido sus correspondientes adaptaciones al cine. La adaptación más conocida es “La paura” (1954) dirigida por Roberto Rosellini con Ingrid Bergman interpretando a Irene Wagner.
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