De repente, se dio cuenta de que le gustaba mirarle y que al hacerlo sentía placer y orgullo. Despertó de aquel ensueño con una dolorosa sensación en el pecho, como si algo de hubiera rasgado, un sentimiento sordo, el lamento por algo perdido , una tensión casi sensual que no recordaba haber sentido jamás con tanta fuerza ante el físico de su marido.
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