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Crítica de pasiondelalectura


pasiondelalectura
06 May 2021
Mendel el de los libros (1929) es otro corto relato brillante (57 páginas), escrito durante la época de mayor prestigio literario del autor (años 1916-1933) y reunido con otros relatos en un compendio llamado Caleidoscopio publicado en 1936. Stefan Zweig escribió este relato después de un viaje a Rusia en 1928, cuando fue invitado a participar en la celebración del nacimiento de Léon Tolstoi.

En sólo 57 páginas tenemos un relato profundo y completo, una muestra perfecta del arte de Zweig. Y cereza sobre la torta, las Ediciones Acantilado lo han dotado de una preciosa portada con un fragmento del cuadro « La Bibliothèque » de Félix Vallotton de 1921.

En este cuento se refleja la nostalgia de Zweig por un mundo en perdición, el de Europa, pronto al borde de una SGM aún culta de toda esa cultura occidental que él ensalza; así como también se refleja la capacidad de observación por parte de S. Zweig de la condición humana con una formidable penetración psicológica en su prosa.

Esta historia puede abstraer al lector de todo lo que lo rodea tal como los libros ejercen ese poder sobre Jakob Mendel, el de los libros, quien sólo tenía ojos para sus lecturas y quien ignoraba todo a su alrededor porque ese alrededor no auguraba nada de bueno. Este corto relato nos inmerge en ese europeísmo no nacionalista de Zweig con una reflexión sobre el valor de la vida espiritual y una advertencia sobre una eventual absolutización.

Jakob Mendel es un judío-ruso dotado de una prodigiosa memoria para los libros. Después de casi 30 años pasa su vida en el Café Gluck de Viena, leyendo, estudiando sus textos, siempre sobre la misma mesa, siempre sumido en alguna lectura. A esa mesa llegan a consultarlo estudiantes y eruditos porque Mendel puede enumerar todos los libros disponibles sobre cualquier tema, el lugar y fecha de su publicación, el editor y el precio, nuevo como de anticuario. Y de cada libro recordaba, con una precisión infalible, al mismo tiempo la encuadernación, las ilustraciones y las separatas en facsímil.

Es un genio bibliófilo desconectado del mundo (…las personas no le interesaban, y de todas las pasiones humanas tal vez sólo conocía una, la más humana de todas, la vanidad).

A finales de 1915, durante la PGM lo van a acusar de espía porque envió dos postales a potencias enemigas, una a Francia y la otra a Inglaterra, reclamando los catálogos de libros viejos que había solicitado. Pero como Mendel había nacido en la Polonia rusa y no tenía papeles de identificación, ni licencia como vendedor, será arrestado y enviado a un campo de concentración de prisioneros civiles rusos, durante dos años. Será salvado por la gestión de algunos de sus poderosos clientes, pero el hombre Mendel, el de los libros, no será nunca el mismo, volverá deshecho y morirá de neumonía poco después porque el nuevo propietario del Café Gluck no lo respeta y lo expulsa sin miramientos.

Algunos años después nadie lo recuerda excepto la señora de la limpieza, una señora analfabeta que admiraba a Mendel y le rendía pequeños favores, considerando que el hombre vivía sólo para los libros.

Este texto subraya el interés de Stefan Zweig por una Europa sin fronteras, una apuesta por el humanismo como filosofía de vida, la descripción de ciertos círculos intelectuales europeos y una denuncia de cierta « sinrazón » europea post PGM.

La frase de Stefan Zweig al final del libro es hermosa…Precisamente yo, que debía saber que los libros sólo se escriben para, por encima del propio aliento, unir a los seres humanos, y así defendernos frente al inexorable reverso de toda existencia : la fugacidad y el olvido.

Otra joyita del autor.
Enlace: https://pasiondelalectura.wo..
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