Mendel el de los libros

A Zweig le basta con una mesa en una cafetería de Viena para crear el escenario de toda una vida.

Mendel es un personaje especial.
Un bibliógrafo interesado por todos los libros, pero no por sus letras.
Poco le importa el contenido. Mendel ama el emvoltorio, su cubierta, el tipo de papel, la imprenta. En definitiva todo lo ajeno al autor.

De memoria prodigiosa, parco en todo lo demás nuestro vendedor ambulante es un emblema en la ciudad.

Pero claro, quien escribe es Zweig y pasaremos de la admiración al error y con el las injusticias.
Y a sufrir toca.

Relato que habla ante todo, del olvido, del abandono y de la crueldad del destino.

Vuelve a acertar el austríaco con el realismo y la psicología de su personaje principal, aunque en esta ocasión nos ofrece un protagonista poco corriente, y una vida con olor a cuero, café, papel y olvido.

La forma de condensar y exprimir al máximo cada gota de tinta en sus relatos, su prosa una y mil veces, clara, elegante, precisa y sobre todo, tristemente hermosa, han convertido a Zweig en uno de mis escritores de culto.
Y tengo bien pocos.

Breve y precisamente por ello, dos veces bueno.

No dejemos en el olvido a los viejos libreros ambulantes. Bajo el polvo y las arrugas del tiempo hay verdaderas joyas y vidas dedicadas a ponernos en las manos la literatura.

Un relato que por encima de todo, brilla por el protagonista, y su olvido.

Mendel el de los libros, es un pequeño gran relato que gira en torno al amor a los libros, la injusticia y el olvido. Pese a su corta extensión, este libro encierra entre sus palabras, claras, sencillas y elegantes a un tiempo, mensajes de gran profundidad sobre los que no podremos evitar reflexionar y que irremediablemente nos conmoverán. Porque solo Zweig, su genial autor, es capaz de hacer en unas pocas páginas, un retrato tan completo y perfecto de un personaje haciéndonos partícipes de sus emociones y sentimientos.

Jakob Mendel, era un inmigrante judío de origen ruso dotado de una memoria prodigiosa cuya vida transcurría, desde que llegó a Viena, entregado en cuerpo y alma a los libros por los que sentía auténtica veneración. Tales eran sus conocimientos al respecto, que era por todos conocido, admirado y respetado por ello, llegando a convertir la búsqueda de libros raros o difíciles de encontrar para otras personas en su profesión. Estableció su campamento base en un rincón del café Gluck, donde permanecía sentado estudiando de sol a sol, siempre absorto e indiferente a todo lo que pasaba a su alrededor, mientras innumerables personas acudían en busca de su inestimable ayuda. Y así era feliz, hasta que un día estalló la Primera Guerra Mundial y el, siempre ajeno a lo que ocurría en el mundo exterior, no se enteró. A partir de ahí su suerte cambió, su fama se esfumó y todo el mundo le olvidó.

Mendel es excéntrico, un poco asocial y con un amor por los libros un tanto desmedido, pero no es más que una víctima inocente de un sistema injusto y de una sociedad cruel para la que las personas no somos más que un grano de arena en el desierto. Y precisamente su incapacidad para adaptarse a los cambios, reconocer que la existencia y el éxito son fugaces y aceptar la facilidad con la que caemos en el olvido, hacen que este pobre hombre nos enternezca y nos compadezcamos de él.

Un historia triste y sencilla sobre una persona rara y excepcional a quien sus cualidades no lograron evitar la crueldad del mundo para con el diferente y que terminara sumido en el olvido. Magnifica.

Pensando en el protagonista, me recuerda una librería cercana a mi trabajo, de libros usados de toda la vida. Donde montones de libros surgen por pasillos estrechos, parece que van a perder el equilibrio y me van a sepultar, pidiéndome una segunda o tercera vida en mi hogar, quieren huir de la estantería-purgatorio. Ese olor a libro viejo, de añoranza, llenos de recuerdos, ¿por cuantas manos habrán pasado?, ¿Cuántas risas y lágrimas han extraído?

Jakob Mendel, no es un librero típico, es una enciclopedia viviente, sabe todo sobre libros. Pero, es una persona asocial, de falta de empatía, lo efímero no existe para él. Siempre refugiado tras una mesa del Café Gluck en Viena, viendo pasar las horas, esperando clientes especiales. No analiza su entorno, no ve la realidad más allá de libros catalogados; por todo ello, cae en su propia perdición.

Pero la primera Guerra Mundial, como toda guerra, es cruel, sin piedad. Mendel víctima del nazismo, por su ingenuidad sufre las calamidades. de un plumazo su recuerdo desaparece, queda una mesa vacía en el café, no hay quien vaya a necesitar de sus servicios.

Su historia podría esfumarse, como muchas otras personas anónimas que desaparecen en situaciones trágicas, sin dejar una huella en este mundo. Pero Zewig lo resucita, su magistral pluma traza con prosa sencilla, nos transporta a principios del siglo XX, olemos el café y oímos las voces del Café Gluck, queremos sentarnos junto a Mendel. Zewing es único contando historias sencillas, es sensibilidad pura.

¿Cómo logra Zweig esto? Ni siquiera puedo definir "esto".

"Esto" es el sentimiento que siento al terminar su obra..y digo su obra porque me está sucediendo con cada libro suyo que concluyo.

En tan cortitas páginas, en tan breve historia, su prosa, perdón: LA BELLEZA (mayúsculas) de su prosa es cautivadora. Amo su narrativa, carente casi de diálogos, ¡no los necesita!, las palabras son una suma de significados puros y sentimentales que arrolladoramente (perdón, sé que los adverbios terminados en "mente" se aborrecen en la escritura) insisto, arrolladoramente pasan por mi, dentro de mi, sobre mi y me atraviesan, hacen lo suyo, y salen. Sí, algo así como un balazo.

Lo preciso de su realismo es algo superlativo. ¿Es Zweig de este mundo? Que elegancia para contarnos algo tan burdo, cada fallo de la humanidad (traduzca guerras) nos ha dejado historias tristes como la de Mendel y escritores mágicos como Zweig.

No voy a decir nada del libro. Es tan corto que sería spoiler, solo que trata de un librero de viejo y de las tristezas de las guerras absurdas.
Si no le ha leído, se está tardando. Si Zweig aún no está en su librero, se está tardando. Si quiere disfrutar de literatura de "Olimpo", clara y hermosa, Stefan Zweig es el camino.

Amo su obra. Amo la manera en que coloca (porque las coloca con precisión) cada una de sus palabras para hacerme caer de rodillas. Hay ve-ganos, yo me declaro Zweig-gana. Total y rotundamente al número uno entre mis escritores del alma.


"Todo lo que es único resulta día a día más valioso en un mundo como el nuestro, que de manera irremediable se va volviendo cada vez más uniforme." Stefan Zweig

Mendel , el de los libros, era un titán de la memoria. ¡Tenía una mente libresca diamantina!

En un momento dado el narrador dice: “¿Para qué vivimos, si el viento tras nuestros zapatos ya se está llevando nuestras últimas huellas?”. Tiene razón, pero también hay huellas imborrables y que perdurarán para siempre como las que dejó en forma de libros Stefan Zweig.

En esta novela, breve, intensa, emotiva y muy bien escrita, Zweig creó un personaje inolvidable: Mendel, el de los libros 📚😍.

"...justo yo que debía de saber que los libros solo sirven para unir por encima del propio aliento a las personas y protegerlas así de la oposición inexorable a la que se enfrenta toda existencia: su naturaleza efímera y el olvido."

Si tenía dudas (no) de que Zweig fue maravilloso, este fue el relato definitivo para acabar de enamorarme. Cada una de sus novelas, de temas y en entornos distintos, nos abren los ojos a diferentes realidades, y no hay nada como verte reflejada en el buen Mendel, absorto en sus libros, para empatizar con este personaje, porque todos hemos buscado algo en lo que abstraernos del mundo, y hacerlo de la mano de un libro me parece la forma más bonita de evasión.

Como no hay dos sin tres y como podía ser de otra manera este es el tercer libro que leo de este genio de la narración y cada vez me tiene más apasionada y subyugada a sus letras.
Este relato te atrapa desde las primeras páginas, te maravilla por su prosa elegante, su capacidad de retratar y provocar sentimientos … ¿El final de la historia? Sin palabras… espectacular como todo lo que he leído hasta el momento… Los empieces son fantásticos pero los finales son sublimes.
Merece muchísimo la pena conocer al sorprendente Mendel el de los libros.

Hoy he conocido de la vida de Stefan Zweig y este pequeño y a la vez gigante libro. No sabía de que iba ni a qué escritor me enfrentaba. Me quedé maravillada por una reseña que hablaba de su preciosa y elegante escritura y no me lo quería perder. Y no me preparé. He leido su biografía, su muerte y el libro casi sin respirar y ha sido un mazazo. Que no pasa nada, no es la primera vez ni será la última porque hay muchas vidas e historias sobrecogedoras. Pero me ha pasado todo tan rápido que me he atragantado. Y sobre todo porque he ido a la biblioteca, presta a cerrar y he suspirado porque me dio tiempo, he conseguido el libro y estaba tan feliz porque fuese pequeño, una pequeña joya descubierta y disfrutada el mismo día, ocurre pocas veces y menos todo en el mismo dia, que en mi precipitacion sí, he dado con una joya pero me la he tragado. Menos mal que me pilla muy fuerte emocionalmente porque sino a mi marido le hubiese tocado hacerme la maniobra de Heimlich.
Y no os contaré nada pero no os leáis la biografia y el libro juntos y menos en un día en que las cosas por una tonteria os hayan salido regulinchi. Mejor otro día 😀 Y sí, es una joya.

"Leía con un ensimismamiento tan impresionante que desde entonces cualquier otra persona a la que yo haya visto leyendo me ha parecido siempre un profano."

Jakob Mendel es de esos personajes que celebraríamos si existieran, y si no, habría que inventarlos, como hizo el gran Zweig. Una historia trágica pero un descubrimiento maravilloso, como amante de los libros y de la escritura que solo puedo recomendar encarecidamente. Creo que a los lectores nos gusta leer historias sobre los propios libros, soñar con un día lluvioso, al abrigo de un café caliente y una mundana tarde de bar, conocer a alguien como Mendel.

El drama sobre este excéntrico librero viaja más allá de esa silla ocupada por una presencia físicamente testimonial, una alegoría sobre la pasión por la literatura nacida para permanecer en la memoria. Como esos personajes recordando al viejo Jakob, una enciclopedia hablante, atestiguar una pasión.

Mendel el de los libros es una historia escrita de manera impecable, como nos tiene acostumbrados Stefan Zweig, llena de encanto y de tristeza. Un breve y brillante relato sobre la exclusión en la Europa de la primera mitad del siglo XX. Un cuento difícil de olvidar.

Cuánto se ha dicho sobre este libro y que yo tenía tan pendiente. Es de esas historias que una vez lees no entiendes como la fuiste relegando

Una novela corta ambientada en la primera guerra mundial con un librero de viejo como protagonista, pero no un librero al uso; a Mendel le gusta el contingente, casi más que el contenido, sabe de editoriales, de cubiertas, de primeras ediciones, dónde y cómo encontrar un libro, es un catálogo viviente!! Inmigrante judío ruso toma como centro de mando una cafetería cercana en el centro de Viena, llegando a formar parte esencial de ese escenario, hasta que la guerra convierte en conflicto una simple casualidad

El amor a los libros, su poder de evasión ante la realidad, esa realidad que llega a superar cualquier tipo de imaginación ante la atrocidad de la guerra; la vuelta al hogar con los seres amados cuando se acerca el final, los cambios inesperados de aquello que dejamos atrás y los prejuicios sociales, son temas muy presentes en esta historia bellamente narrada y que he disfrutado muchísimo

Conocéis a Mendel? Mendel, el de los libros...