El mercader de libros

En esta novela histórica acompañamos a Thomas, nuestro protagonista, a lo largo de gran parte de su vida. Es a través de este personaje que nos adentraremos en tierras alemanas, belgas y españolas. Y junto a él, viviremos los grandes avances de la humanidad alrededor del 1500. La invención de la imprenta y el descubrimiento de América serán los ejes principales.


Es una novela que avanza sin pausa, pero sin prisa. de esas en las que lo importante es disfrutar del viaje. No son pocas las cosas que le van a suceder a nuestro protagonista: amores, desamores, traiciones, amistades y, sobre todo, grandes enseñanzas que le harán aprender (¿o no?) y madurar. La historia no está exenta de sorpresas y sobresaltos, aunque a un ritmo moderado.


Me ha fascinado la ambientación y la manera cómo los datos históricos se entretejen con la vida del protagonista. El autor no nos bombardea con un exceso de información, sino que nos dirige para que la vayamos descubriendo, poco a poco, a través de los ojos de Thomas. Trabajando en un taller entenderemos el funcionamiento y la importancia de la imprenta. Acompañando a un mercader de libros recorreremos las calles de la Sevilla del 1500. Visitaremos una de las primeras y mayores bibliotecas. Y enrolándonos en un barco... viajaremos. Puede que a América, o a las Indias... o, quién sabe, quizás naufraguemos y no lleguemos a buen puerto (¡tendrás que leer el libro para descubrirlo!).


Una novela con grandes personajes. Con múltiples subtramas vinculadas directamente con el protagonista que se van cerrando de manera paulatina y que dotan a la obra de un misterio constante. Con una gran pulcritud histórica. Con una narrativa que te envuelve y que convierte la lectura en una agradable experiencia.


Y aunque todo lo dicho anteriormente es, sin duda, clave en el éxito de este libro, para mí, lo más importante de todo ha sido el amor que transmite por la literatura. No son pocas las veces en las que se resalta la importancia de los libros y el poder de las palabras.


Personalmente, he disfrutado muchísimo de este libro. Mucho más de lo que me esperaba. Aunque soy consciente de que es una de esas lecturas que, o bien te encanta, o bien te resulta aburrida. Sin medias tintas.


Una obra que fascinará a los amantes de la novela histórica y que, creo, cautivará también a los valientes lectores no tan habituados al género que se decidan a darle una oportunidad.