Llegada la Hora

Mi expectativa era alta con esta novela pero terminé un poco decepcionada. A decir verdad, no sé si la portada o la sinopsis son engañosas, pero la historia no resultó lo que esperaba. Llegada la hora cuenta la historia de John Guadalupe, un hombre de treinta y tantos años, de raíces mexicanas pero nacido en los Estados Unidos, que es contratado en un prisión en Texas para ser el chef. Sin embargo, no es una cárcel cualquiera: el lugar es un centro penitenciario en donde condenados a muerte esperan los últimos años antes de su ejecución. John Guadalupe estudió la carrera de gastronomía y por razones que no quedan claras en la novela, termina en este lugar que es poco menos que deprimente. Además de narrar la vida en un centro de este tipo, conocemos algo de la historia del protagonista: sus padres huyeron de Michoacán buscando una mejor vida, el padre golpeaba a la madre, la madre lo buscaba proteger, creció un tanto desarraigado -por estar entre dos culturas- coqueteó con pandillas y tuvo una incipiente carrera criminal, hasta lograr estabilizarse. Todo normal hasta ahí.

La cuestión que me hizo decepcionarme de la novela es el hecho que el narrador John Guadalupe me parece distante: nada le genera entusiasmo, ni su carrera, ni su profesión, y básicamente parece insensible a todo lo que lo rodea, incluida su familia, sus relaciones, su trabajo. Puedo entender que esta actitud sea una reflexión sobre como las personas latinas pueden crecer en los Estados Unidos, un tema explorado en la literatura, pero la premisa y los elementos daban para más. Asimismo, aparece una mujer, un interés amoroso, pero resulta algo intrascendente -escenas de sexo gratuito que siento que nada aportaron a la historia. Y es aquí en donde pienso que quizá la presentación del libro fue engañosa, ya que se define como una exploración de cómo es cocinar para los condenados a muerte estando en la antesala del fin. Sin duda, la cocina puede ser algo maravilloso, punto de reflexión para encontrar el orígen o descubrir la razón de ciertos comportamientos -con todo lo brutal que pueda sentir un condenado a muerte. Pero sentí que el tema no se explora profundamente y las comidas que prepara el protagonista, son equiparables a comprarse un combo en McDonalds (y me daba la impresión que la comida fast-food hasta tendría mejor sabor).

Por ello, realmente no logré conectar con los personajes ni con su forma de actuar, no porque no coincidera o fueran diferentes a mí, sino porque no entendí la razón detrás de ello. En ese aspecto, me parece que la trama es débil, y me queda la sensación de que algo faltó -pasión, entusiasmo, incluso cuestionamientos sobre lo narrado, No obstante, creo que el estilo de la autora es sólido y no puedo decir que me aburriera.