Almas perdidas

Pero crecer, aunque sea triste, también es un acto de determinación. Depender de uno mismo es la parte más difícil de la vida.

Cuando el amor llega, no hay vuelta atrás. Te atrapa y te inunda. Perdés el control de tus sentidos, de tu pasado y futuro. Dependés del objeto de tu devoción para seguir existiendo en este y en otros mundos.

A veces no se necesita un lugar físico donde resguardarse, con una persona basta. Y, en ese momento, solo lo tenía a él.

Sin los detalles que percibimos con nuestros sentidos y con el corazón no seremos capaces de crear los recuerdos necesarios para obtener calor en nuestros días más fríos.

Pero la curiosidad también puede matar al gato. A veces no es necesario saber el porqué de absolutamente todos los misterios de la vida. Quizá solo alcanza con que unos pocos sepan la respuesta correcta.

Él era como la cara oculta de la luna; y yo, un astronauta solitario descubriendo territorios inexplorados. Nosotros no pegábamos ni con plasticola.
Aun así, nos encontramos en circunstancias insólitas y el destino quiso que formáramos el dúo «argenchino», como
él mismo nos bautizó.

No sé bien qué palabras utilizar para describir aquella sensación de quedarse atrapado dentro de alguien más, como si su voluntad te succionara y te llevara hacia su territorio para convertirte en cautivo.