Almas perdidas

Cuando el amor llega, no hay vuelta atrás. Te atrapa y te inunda. Perdés el control de tus sentidos, de tu pasado y futuro. Dependés del objeto de tu devoción para seguir existiendo en este y en otros mundos.

La vida no es monótona, su sabor cambia todo el tiempo; no tiene un solo color, puede esconder otras tonalidades.

Estamos mal acostumbrados a creer que vamos ganando más años de vida cuando, en realidad, los estamos perdiendo.

Soportamos el frío y el calor porque sabemos que solo serán unos pocos meses de sufrimiento. Corremos una carrera infinita lo largo de todo el universo y creemos que el sol siempre va a estar en el cielo para alumbrarnos. En realidad, nadie se da cuenta de que, tarde o temprano, todo llegará a su fin.

No importa cuál sea el color de tu alma. No existe un solo color, una sola combinación, una serie de imposiciones que te digan de qué color tenés que ser. Sos libre de colorear tu vida como vos quieras, de amar como vos quieras y de soñar lo que vos quieras. No lo olvides.

Dicen que cuando dos almas se vuelven a juntar en algún cielo, un arcoíris se forma en la tierra.

Cada persona es libre de creer para crear. Porque para crear hay que creer. Creer en un encuentro, en un lugar sagrado, en un recuerdo, en un Dios, en la magia… o, a veces, solo basta con creer en una persona.

Estamos malacostumbrados a creer que vamos ganando más años de vida cuando, en realidad, los estamos perdiendo.

Lo único importante para mí era saber que, si yo extendía mi mano, él iba a estar dispuesto a tomarla.

No todos tienen la posibilidad de elegir. A veces, otras personas eligen por nosotros, antes de que podamos hacerlo.