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Cuando vi "Mañana, y mañana, y mañana" en la sección de novedades de la biblioteca pensé ¿me lo llevo? ¿Estará tan bien cómo lo pintan? Seguro que no, pero si no lo cojo ahora no lo volveré a ver en un tiempo. Así que me lo llevé. ¿Y sabéis qué? Pues que me ha gustado mogollón. Siendo honesta, el argumento no es para tirar cohetes. Gabrielle Zevin nos presenta la historia de tres amigos que establecen una empresa de videojuegos tras un primer éxito. Durante todo el libro seguiremos sus éxitos y fracasos profesionales, sus devaneos amorosos, peleas, enfermedades… Es decir, su día a día. Y aunque esta es una historia que no destaca por su originalidad más allá de lo interesante qué resulta toda la ambientación en el mundo de los videojuegos SÍ que destaca por sus personajes. ¡Qué maravilla! Este es el punto fuerte de la novela. Tanto los personajes principales como los secundarios son tan reales y diversos. Es lo qué más me ha gustado. Su DIVERSIDAD: diversidad de orígenes, carácter, sexualidad, lenguaje… Es tan real porque así es el mundo en que yo me muevo y vivo. Pero no sólo eso es lo que me ha gustado, me ha gustado mucho cómo los personajes avanzan y retroceden, son incoherentes, espontáneos, tienen miedos, esperanzas, a veces no se hablan y no dicen por qué… Es imposible no verse reflejado en alguna situación, conducta, idea o pensamiento. No sé, "Mañana, y mañana, y mañana" ha resultado ser un ejemplo excelente de cómo deberían ser las novelas que quieren reflejar la sociedad moderna actual y es, además, un manifiesto de lo importante e influyentes qué son los videojuegos hoy en día. |
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