La sed

Qué impresión más singular me ha dejado esta novela. No soy asidua a los argumentos de fantasía (mucho menos a la temática de vampiros y otra serie de criaturas terroríficas) pero era tan grande mi interés por leer a Marina Yuszczuk que abandoné todo prejuicio. Y menos mal.

En esta novela encontraremos dos maneras de enfrentarse a la muerte: como alimento y como aceptación. El aburrimiento de una vida sin expectativas y la adrenalina de conquistar la sangre a través del pudrirse del tiempo. Dos son las protagonistas de una novela que no enfrenta dos visiones, sino que las hace aproximarse desde lugares aparentemente remotos.

La estrecha hilera que separa lo sobrenatural de la realidad, lo fantasmagórico de lo corpóreo. La dificultad de acercar el vampirismo a un discurso actual, a una ciudad como Buenos Aires y conseguir que sea extrañamente verosímil; la posibilidad de engarce con la enfermedad terminal de una madre que custodia una llave que lleva a lo desconocido.

Hay una bella expresividad en el modo de escribir de la autora, sin excesivos alardes es capaz de hacer crujir las palabras y que nos traigan sonidos de terciopelo, un lenguaje que habla por los sentidos. Yuszczuk creará una ambientación siniestramente cotidiana, que se concretará lo mismo en un barrio humilde que en un soberbio cementerio.

Es un texto que va consiguiendo que cambies de parecer conforme lo vas leyendo: si a ratos crees que una de sus partes es mejor que la otra, un sutil emborronamiento de la perspectiva te hará dudar sobre tus sensaciones; como ese mordisco que parece letal pero que solo apaga momentáneamente tu visión.

Aunque sí que es cierto que, para mí, en el hacer de la escritora argentina destaca mucho más la vista de pájaro sobre el conjunto de la novela que el aterrizaje forzoso que conecta las relaciones de sus personajes.

Si normalmente considero que las lecturas que dejan rastros o vestigios de extrañeza son las que más perduran en mi memoria, aquí puedo corroborar que es en la espesura del horizonte donde me siento más segura leyendo.
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