Temporalmente humanos

¿Alguna vez has sentido en tu trabajo, que por mucho que hagas no consigues avanzar? Vamos, como si tu trabajo consistiera en cavar un agujero, y cada vez que terminas de cavarlo y te vas a casa, al volver al día siguiente el agujero está completamente tapado y tienes que volver a empezar. Es ahí cuando te preguntas, ¿que hago aquí?

Una chica que tiene vértigo y vive en un piso en las alturas, y otra que tiene claustrofobia y vive en un sótano. Una empresa que fabrica robots programables a imagen y semejanza del cliente para que realice las actividades que este desee. Un señor que aunque haya caído la nevada del siglo hace lo que haga falta para llegar a su puesto de trabajo. Personas que, atrapadas en el bucle de la cotidianeidad, van ablandándose o poniéndose rígidas hasta desaparecer. O personas que se fijan tanto en otras que acaban imitando o evitando comportamientos para regir sus propias vidas.

Esta antología de 8 relatos indaga, de manera peculiar y muy original, en esos absurdos del día a día que parecen pequeños pero que acaban convirtiéndose en una enorme roca que nos aplasta con todo el peso de la realidad.

Me ha gustado mucho la manera en la que la autora ha planteado los diversos temas que trata en el libro, con una prosa ágil y sencilla, pero con muchas capas en las que nos vamos sumergiendo poco a poco y descubriendo los secretos que se esconden entre líneas. Si bien los 8 relatos me han gustado, por encima de todos destaco “Vida de palas”, “La vida del otro”, “Eso no es humano” y “La puerta negra”. Estos 4 me han parecido los más peculiares e interesantes de la antología, con una gran profundidad y a la vez una bella sencillez.

Si podéis leerlo con mas gente creo que será una experiencia más enriquecedora, ya que son relatos que dan para hablar largo y tendido.